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PECES DE ACUARIOS :: Pelo, pico y flor.

PECES DE ACUARIOS

Plasma Koi GIF by eluniversodelospeces El Acuario
 

 

Introducción

De entre las mascotas que podemos adquirir, los peces son en apariencia las menos complicadas. No hacen ruido, son decorativos y relativamente fáciles de mantener. Sin embargo, no basta con echar al pez en un recipiente de agua y alimentarlo de vez en cuando con comida preparada.

En realidad, es difícil encontrarse ante una oportunidad tan accesible de jugar a ser creadores. Un acuario puede ser el jardín acuático del edén si lo deseamos, un micromundo en el que podemos diseñar todos los detalles e incorporar cada habitante según nuestro criterio.

Hay que entender que una pecera o un acuario son pequeños ecosistemas que imitan al hábitat natural del animal y, como tales, pueden alcanzar una enorme complejidad. Los peces son seres apasionantes y está demostrado que su presencia en el hogar relaja y alivia tensiones, pero antes de embarcarnos en una aventura que puede ser frustrante vale la pena examinar qué queremos en realidad.

Es recomendable reflexionar primero y saber hasta dónde queremos llegar en nuestro proyecto y cuánto estamos dispuestos a dar a cambio. Una vez decididos, nos informaremos bien sobre el tipo de pecera que vamos a instalar, las especies que queremos incluir (si son compatibles con el hábitat o entre ellas), las plantas y elementos que formarán su hogar y otras cuestiones técnicas. Pero por encima de todo, hemos de tener paciencia. La paciencia es fundamental desde el principio, ya que antes de colocar los peces habrá que realizar una serie de operaciones con el acuario.

Tipos de acuario

Tipos de acuario

  • Según tamaño

  • Fríos y calientes

  • Decorativos

Acuarios según tamaño

Dependiendo de nuestra dedicación, recursos e interés, definiremos la escala de nuestro pequeño ecosistema.

Una pecera con uno o varios ejemplares es una solución ideal para atraer la atención de los niños sobre estos animales sin cargar sobre ellos demasiada responsabilidad y para despertar nuestra curiosidad.

Un acuario, por otro lado, es el primer paso para introducirse en el vastísimo mundo de la acuariofilia. No sólo aprenderemos sobre peces de todas clases, sino también sobre las flora acuática, con lo que podremos recrear hábitats reales de una variedad y complejidad enormes.

Un estanque, finalmente, requiere un espacio ajardinado al aire libre y cuidados especiales, pero permite mantener peces de gran tamaño.

En esta guía nos centraremos en el acuario, ya que es el sistema que ofrece más posibilidades.

Acuarios de agua fría o caliente

Montar un acuario no es asunto de dos días. Estamos construyendo un entorno vivo donde diversas clases de organismos deben convivir en equilibrio y armonía. La paciencia, como hemos dicho, debe ser nuestra principal aliada, pero también el estudio y la reflexión. Naturalmente, siempre podemos dejarnos aconsejar por profesionales o adquirir acuarios ya preparados, aunque serán menos personales.

Si queremos fabricar nuestro propio acuario, primero deberemos definir si queremos que sea de agua fría o de agua tropical. La diferencia radica en las especies que vamos a cuidar. Por supuesto también existen los acuarios marinos, es decir, de agua salada, aunque no los abordaremos en esta guía.

El 90% de los acuaristas se inician con acuarios de agua dulce. Los acuarios marinos o de agua salada son más difíciles de mantener. La imagen clásica de una anémona y un pez payaso (como el de la película de Disney ‘Buscando a Nemo’) es tentadora para muchos, pero resulta casi imprescindible pasar antes por la experiencia del acuario de agua dulce. Por este motivo nos centraremos en este último tipo.

Acuario de agua fría
En este tipo de acuario, que no requiere sistema de calefacción, las especies adecuadas son las de agua fría, tipo Carassius o Goldfish. Es recomendable centrarse en una sola especie, aunque podemos beneficiarnos de la enorme variedad de formas y colores que ofrece. Para niños y principiantes se recomiendan peces fáciles de mantener y de gran resistencia, como el Oranda rojo o el blanco (o el rojo y blanco), el Telescopio o el Boina Roja.

Aunque luego abordaremos en detalle las condiciones que debe tener un acuario, hay que mencionar que este tipo de instalación debe contar con un sistema de filtrado que capture el material particulado. En cuanto al tipo de plantas que podemos colocar hay que decir que las más resistentes a los Carassius son las Vallisnerias. Finalmente la iluminación no es un gran requisito y bastará con un par de tubos fluorescentes en la tapa.

Por supuesto, hay mucho que profundizar en estas indicaciones, como iremos viendo.

Acuario de agua caliente (o tropical)
Este sería el clásico acuario. Las especies que suele contener requieren entre 24º y 28º de temperatura. En este caso, la especie Carassius no es la adecuada, ya que se trata de un clima demasiado cálido para ellas. Sin embargo, las posibilidades con otras especies son enormes.
Las especies más resistentes para empezar son la Platys, Gupy, Molly velifera, Molly negro, Neón, Colisa rojo o azul, Gurami o Barbos, entre otras.
Podemos mezclar varias especies (acuario comunitario) siempre que sean compatibles y, sobre todo, podemos dedicarnos a las plantas, que en estas condiciones pueden constituir una rica y variada flora.

Esta primera reflexión es necesaria para dar los primeros pasos en el mundo de la acuariofilia, ya que el aficionado tiene tendencia a dejarse llevar por el atractivo de formas y colores sin tener en cuenta la compatibilidad entre especies o las condiciones que requieren.

Acuarios decorativos

Podemos encontrar acuarios decorativos de agua dulce de cuatro tipos:

Acuario Holandés: especialmente dedicado a la flora acuática, son grandes acuarios que pueden contener unas pocas especies de pez. Con los accesorios técnicos bien disimulados, las plantas pequeñas se disponen delante y las grandes detrás. El fondo es de arena gruesa de color oscuro completada con tierra. La iluminación es especialmente importante para darle al acuario la relevancia estética que precisa.

Acuario biotopo: imitan un biotipo en miniatura. Los hay que imitan el biotipo sudamericano, selva virgen, africano, rocoso, etc... Un exceso de población afectará al crecimiento de los vegetales y perderemos capacidad de observación de los peces. El fondo suele ser de tipo holandés.

Acuario palustre: imita una ribera con sus plantas peculiares, peces y anfibios, por lo que es una mezcla de acuario y terrario. Los parámetros de luz, calor y humedad son especialmente importantes para garantizar su desarrollo.

Acuario comunitario: es el más frecuente. En este tipo de acuario se introducen plantas y peces sin tener en cuenta su procedencia. Se debe ser especialmente cuidadoso con la compatibilidad entre especies y plantas.

El primer acuario

Tanto si somos adultos aficionados que nos iniciamos en este mundo, como si se trata de un regalo para niños, un acuario es un mundo de magia y fantasía que nos va a enseñar mucho. Lo ideal es iniciarse con acuarios que oscilen entre los 14 y los 38 litros. Suelen ser muy económicos y vienen provistos de filtro, acondicionador de agua y algunos de luz. Se venden completamente montados y pueden mantener dentro entre 5 y 8 pececillos. Este tamaño permite a los neófitos y a los niños ocuparse de la mayor parte de las tareas, como el cambio de agua, la limpieza y la alimentación.

Un acuario requiere una dedicación breve pero constante. Diez minutos diarios bastarán para ocuparse de la alimentación, mientras que el mantenimiento y limpieza nos tomará una hora semanal.

A la hora de instalar nuestro acuario primero debemos elegir el lugar donde ponerlo. Debemos ubicarlo en un lugar alejado de corrientes de aire, bien iluminado pero evitando que le de la luz directa, ya que esto puede provocar que proliferen las algas. Si el agua del grifo tiene unos valores de pH y dureza adecuados (tabla 1) se podrá utilizar para llenar el acuario. De lo contrario puede emplearse agua mineral embotellada o agua preparada para acuarios, que puede adquirirse en cualquier tienda especializada. Un test de análisis nos permitirá medir el pH, la gH (dureza total) y la kH (dureza de carbonatos). En los comercios dedicados se pueden adquirir kits de tests para el agua.

Parámetros del agua

Intervalo

pH

6.5 - 7.5

gH

5º - 15º

kH

5º - 10º

NOTA: º = grados alemanes

El siguiente paso, con el acuario vacío, es poner el sustrato y los adornos que nos apetezcan. A continuación lo podemos llenar de agua y conectar el filtro, que deberá tener 3 veces la capacidad del acuario (e.j. para un acuario de 50 litros, un filtro de 150 l./hora.), el calentador si es necesario y el aireador. Es muy importante permitir que el acuario madure produciendo bacterias nitrificantes durante un periodo de tres semanas antes de introducir ningún pez. Durante este tiempo aportaremos a diario una pequeña cantidad de alimento en escamas. Finalmente introduciremos de manera escalonada plantas y peces. Es necesario hacerlo poco a poco, en intervalos de una semana, para no provocar una subida demasiado rápida de los nitritos.

En adelante veremos con más detalle todos estos aspectos.

Elementos del acuario

Soporte

Podemos construir un acuario maravilloso, pero un buen soporte le hará justicia. No es sólo el lugar físico donde colocarlo, ni tampoco el mueble práctico que sirve para soportar su peso. El soporte forma parte del conjunto que estamos creando y vale la pena poner cariño en su montaje.

Tenga en cuenta, primero, el peso del acuario: tantos litros, tantos kilos que deben sostenerse. Cuanta mayor sea la superficie donde coloque su acuario, menor será la presión en kilos por metro cuadrado. Si el tanque es realmente grande (más de 200 litros), considere hacer un mínimo cálculo de resistencia del suelo (si vive en un piso viejo, por ejemplo). Siempre será mejor colocar el tanque perpendicular a las vigas que sostienen el suelo o ponerlo cerca de una columna. Procure también que el recipiente quede nivelado o se expondrá a que partes de su acuario soporten demasiada presión.

El mueble de soporte puede ser también un excelente recurso para ocultar a la vista el sistema de filtrado. Si está dotado de un pequeño armario podrá almacenar también los productos necesarios para su mantenimiento.

Ten en cuenta las siguientes recomendaciones:

  • Dispon de una toma de electricidad cercana con potencia suficiente para conectar todos los aparatos.

  • Coloca el acuario cerca de una toma de agua y un desagüe para facilitar las labores de sifonado y cambio de agua.

  • Sitúa el acuario sobre una base sólida que pueda resistir su peso y que sea estable.

  • Ubica tu acuario en una habitación de temperatura normal y estable, de manera que no lo someta a temperaturas extremas.

  • Evita que el acuario reciba luz solar directa, puesto que es perjudicial para el delicado equilibrio de la vida en su interior.

  • Procura colocarlo en un lugar tranquilo, si bien evita dejarlo aislado del resto de la casa.

  • Sitúa el acuario fuera del alcance de otras mascotas.

El recipiente

Hay una gran variedad de recipientes y numerosos fabricantes. Los creadores de acuarios buscan un equilibrio entre funcionalidad y estética y los ofrecen con estilos atractivos para los niños o más someros para los adultos. Colores alegres, materiales resistentes, accesorios variados y toda clase de decoraciones constituyen la amplia oferta que el consumidor tiene a su disposición.

Además de los clásicos tanques horizontales se fabrican recipientes hexagonales, con tapa tipo ‘tejado’, con cristal curvo, forma trapezoidal, así como muchas otras formas de fantasía. Pueden encontrarse, incluso, acuarios-mesa con superficie de cristal.

Es fundamental elegir un emplazamiento adecuado, ya que dependiendo de la cantidad de litros necesitaremos una superficie más o menos estable y resistente. Por supuesto, se trata de maximizar el efecto decorativo de la pieza y al mismo tiempo de garantizar su seguridad y facilitar el mantenimiento.

Naturalmente elegiremos en función de nuestros gustos, pero no está de más tener en cuenta lo siguiente:

  • Cuanto más grande sea el acuario, mejor para los peces. Un acuario grande presenta menos problemas que uno pequeño.

  • Mejor largo y ancho que estrecho y alto, ya que a mayor contacto de la superficie con el aire, mayor oxigenación.

  • Mejor si lleva tapa incorporada, incluyendo iluminación, ya que evitaremos que se evapore demasiada agua y que los peces puedan saltar fuera

  • Un tamaño recomendable y cómodo para realizar las distintas tareas de manutención, limpieza y plantado es de 60 cm. de altura como máximo.

  • La anchura ideal estaría entre 50 y 60 cm., ya que se produce un efecto visual cuando lo miramos de frente en el que parece más estrecho de lo que es realmente. El largo depende de nuestro presupuesto y del espacio disponible.

El volumen del acuario puede calcularse de la siguiente manera:

V=largo (cm.) x alto (cm.) x fondo (cm.) / 1.000

Ej. Acuario 60x40x40 = 96 l.

Cuando uno comienza un nuevo acuario, las colonias de bacterias aún no han tenido la posibilidad de crecer. Pasaran un par de semanas al menos antes de que el número de ellas sea el adecuado y por lo tanto será muy peligroso colocar peces. Debemos aumentar gradualmente el nivel de amoníaco (comenzando con uno o dos peces al comienzo) para dar tiempo a que las bacterias se desarrollen. Esto se llama ”maduración del acuario”.

Redes

Cuando necesite sacar los peces del tanque para limpiarlo o realizar cualquier labor, sírvase de una red especial que puede adquirir en una tienda especializada. Tenga en cuenta que esto puede estresar al pez y que el contacto con la red no es lo más agradable para él. Por eso, en la medida que pueda condúzcalo hacia un vaso de cristal, por ejemplo.

Filtros

Un acuario es un recipiente con agua estancada que contiene seres vivos que producen deshechos. El agua se ensucia y se llena de impurezas que conviene eliminar. Para evitar el deterioro del agua es necesario un filtro. El filtro es uno de los elementos más importantes de nuestro acuario y es recomendable no escatimar en la calidad del mismo.

Es el encargado de capturar y eliminar las impurezas y deshechos que se van acumulando y disolverlas de nuevo en el agua.
 

Los peces eliminan amoníaco, que en un recipiente estanco se acumula en exceso, lo que resulta tóxico para ellos. Los filtros, así como otros elementos decorativos como la grava y las piedras, tienen bacterias que se encargan de destruir este amoníaco y pasarlo a nitritos, que a su vez también deberán ser transformados en nitratos por otras bacterias. El filtro madura con el tiempo desde su instalación y es por este motivo que no deben introducirse peces hasta pasadas unas semanas.

El filtro funciona mediante una bomba de succión que obliga al agua a pasar por determinados materiales filtrantes (carbón, esponja, lana de perlón, etc...) que atrapan detritus y restos orgánicos y devuelve el agua limpia de ellos al recipiente.
 

Pueden establecerse tres tipos de filtros:

  • Mecánicos: retienen las partículas suspendidas (comida, pedazos de hoja...) con materiales sintéticos como la goma espuma o la lana de vidrio. Sin este filtro las partículas se descompondrían en amoníaco, que es tóxico para los peces. Pueden enriquecer el agua liberando sustancias correctoras que modifican el pH.

  • Biológicos: Es el filtrado más importante e imprescindible. Es una manera barata, eficaz y estable de descomponer el amoníaco en nitratos, que son más fáciles de eliminar mediante cambios de agua. Descompone los deshechos nitrogenados que producen los peces al respirar y con sus excrementos. Se logra mediante bacterias benéficas como las nitrosomas o las nitrobacter que colonizan el filtro.

  • Químicos: se emplean sobre todo para eliminar a corto plazo restos de medicamentos o purificar el agua del grifo antes de verterla en el acuario. Contienen carbón activo o arcilla de zeolite, que aceleran el proceso mediante procesos químicos como la absorción o el intercambio de iones. Un filtrado químico no debería ser permanente.

Un acuario típico consta de dos o tres procesos de filtrado. El filtrado mecánico iría en primer lugar para evitar, entre otras cosas, que el resto de filtros se atasquen con partículas demasiado grandes. A continuación viene el filtrado biológico, que resulta imprescindible. Y finalmente, sólo si es necesario, se procederá al filtrado químico. La superficie destinada al cultivo de bacterias es importante, ya que cuanto mayor sea ésta, mayor será la efectividad del filtro. El mantenimiento y limpieza de los filtros es extremadamente importante para que no acumulen restos que, al final, volverían a producir el tóxico amoníaco. Consulte a un especialista para establecer su sistema de filtrado.

Instala un sistema adecuado y no escatimes el gasto, ya que de la calidad de los filtros dependerá el bienestar de todo el acuario y las condiciones de los peces. Un buen sistema de filtración debería poder filtrar todo el agua del recipiente unas 3 ó 5 veces por hora.

Además de los distintos tipos de procesos, los filtros también se pueden clasificar en función de su colocación:

  • Filtros interiores: son los más extendidos entre acuarios no mayores de 100 litros. Se sumergen en el acuario y son fáciles de limpiar, aunque el inconveniente es su limitada capacidad

  • Filtros de ‘Mochila’: también adecuados para pequeños acuarios, se colocan por fuera, colgados del borde de la pecera.

  • Filtros de Fondo: es uno de los métodos más eficaces y naturales, ya que emplean la arena o grava del fondo como superficie de cultivo de las bacterias. Resulta, con todo, más difícil de mantener.

  • Filtros Exteriores: para acuarios de más de 100 litros resultan ideales. Se instalan debajo del recipiente (disimulados en el mueble, por ejemplo) y permiten ubicar mucho más material filtrante, con lo que proporcionan un mantenimiento del agua de alta calidad. Son fáciles de mantener pero su precio puede ser elevado.

  • Filtros seco-húmedos: al estar parcialmente en contacto con el aire se incrementa el flujo de oxígeno y se producen más bacterias, con lo que la limpieza es mayor. Proporcionan la mejor calidad del agua y resultan imprescindibles en los acuarios marinos o cuando se requieran unas condiciones excepcionales. También el coste es considerable.

Hay otros tipos de filtro para cubrir necesidades más específicas. Recuerda que un filtro sucio reduce su eficacia, aumentando los niveles de amoníaco y provocando un estrés en los peces que podría afectarles mortalmente.

El termo-calentador

En el caso que instalemos un acuario de agua tropical necesitaremos este aparato eléctrico sumergible que mantiene la temperatura del agua de forma automática. Se ajusta en función de los peces que tengamos, normalmente entre 24 y 28 grados. Un termómetro exterior nos permitirá controlar que el aparato funciona correctamente.

La luz
En un acuario sólo de peces la luz no es fundamental y sirve básicamente para cumplir una función estética, resaltando los colores de las especies. Si pretendemos instalar plantas, entonces la luz sí es necesaria para que los vegetales puedan desarrollarse convenientemente.
La iluminación de un acuario puede ser bien simple (unos tubos fluorescentes en la tapa del recipiente) o más compleja. Las iluminaciones para acuarios son especiales porque proyectan un espectro de luz concreto que las plantas necesitan. Podemos controlar el horario de luz adecuado para nuestra instalación o colocar un temporizador que haga automáticamente el trabajo.

Existen modelos específicos para acuarios de agua dulce o marinos, para terrarios o plantas naturales. Si la luz va instalada en una tapa cerrada hemos de considerar que esto podría generar un calor extra en nuestro acuario, sobre todo en verano, y que conviene revisar la temperatura.

Los tubos fluorescentes son más adecuados, ya que no calientan tanto el agua y además ahorran electricidad. Tenga en cuenta que en la medida que la luz haga crecer las plantas también pasará lo mismo con las algas.
Las características más importantes de la luz son la intensidad y el espectro. Los peces no toleran tan bien la intensidad de la luz, pero en cambio esta es positiva para la vegetación.

En cuanto al espectro, puede tener rangos diferentes y estimular distintos aspectos de su acuario. Consulte con un especialista antes de decidirse por la iluminación de su acuario.

Tapa

La tapa evita la evaporación excesiva del agua (con el consiguiente aumento de la humedad en la habitación) y previene que los peces salten fuera. Algunas tapas se combinan con la iluminación, como hemos comentado, ya que cuentan con uno o dos tubos fluorescentes. Otras simplemente cubren el recipiente y necesitan el montaje de la iluminación a parte. Esta última permite alterar con más libertad las condiciones de iluminación

Compresor

Se trata de una bomba de aire o compresor que no es imprescindible pero sirve para introducir aire en el acuario, que ayuda a generar una corriente de agua, mejorando así la oxigenación. Pueden formar parte de algunos filtros y también puede utilizarse con una función estética.

El sustrato

En un acuario plantado el sustrato sirve como almacenaje de nutrientes minerales y orgánicos. Además funciona como superficie de cultivo para las bacterias que trabajan en la transformación de deshechos y en la reducción de nutrientes para que puedan ser absorbidos por las plantas.

Cuando se estrena un acuario se requiere un período de cultivo de estas bacterias. Hasta que no se han extendido, el acuario tiende a presentar altos niveles de amoníaco y nitritos, con lo cual es un entorno venenoso para los peces. Es lo que se llama el ‘síndrome del acuario nuevo’, que tiene una duración de varias semanas antes de ser apto para el alojamiento de peces. En el sustrato se van a instalar en este tiempo las bacterias nitrificantes.

El tamaño del sustrato es importante. Si las partículas son demasiado grandes los deshechos se pueden esconder con facilidad y taponar el intercambio de nutrientes. Si son demasiado pequeñas, se pueden compactar dificultando el crecimiento de las raíces. El tamaño ideal está entre los 2 y 5 mm. de diámetro.

En el mercado podemos encontrar multitud de gravas, en diferentes tamaños, colores y de distintos orígenes, en general se puede decir que hay tres tipos principales de grava para los acuarios:

Cuarcita: es la más habitual. Está compuesta de cuarzo, que no se degrada por el agua y no libera sustancias tóxicas. Hay desde la arena muy fina hasta cascajos del tamaño de un garbanzo. Sirve tanto para acuarios de agua dulce como de agua salada.

Lava: compuesta por fragmentos de lava triturados, de color negro o marrón, también se la puede encontrar en varios tamaños aunque siempre será de grano grueso. Ni altera la composición del agua ni libera substancias nocivas. Al ser porosa las bacterias se adhieren con facilidad y el filtrado es más efectivo. Tiene el inconveniente de tener bordes bastante afilados, lo cual puede resultar dañino para los peces que escarban buscando alimento.

Cascajo de conchas: los fragmentos de conchas trituradas sólo son aptos para los acuarios de agua salada. Al estar compuestos de carbonato de calcio son solubles y tienden a endurecer y basificar el agua. Regulan el pH y la dureza del agua marina.

Arena de coral: apta para el acuario de agua marina. Tiene las mismas ventajas que las conchas en los acuarios de agua marina y resultan más estéticas si cabe, aunque mucho más cara.

Lo ideal, por comodidad, es que la grava no afecte a la química del agua. Para asegurarse de ello, llene un recipiente con agua y grava y mida el pH durante una semana. Si se mantiene estable, debería ser segura. Se debe lavar la gravilla y la arena cuidadosamente antes de usarla, sacando todas las impurezas que pueda contener.

Pese a que los productos especialmente elaborados para acuarios, ya vienen tratados es recomendable, antes de emplear cualquiera de los materiales de fondo antes mencionados, lavarlos abundantemente con agua corriente, el método es simple. Se coge un cubo, y se llena hasta una tercera parte de su capacidad con el material a lavar, lo ponemos debajo del grifo y a remover, hasta que el agua que rebose del cubo este totalmente clara. Las gravas gruesas se limpian antes que aquellas de material fino.

La química del agua

El agua es sin duda el elemento más importante. Esto significa que merece una atención especial. No es suficiente con echar el agua del grifo y ‘los peces ya se arreglarán’.

Cuando hablamos del agua del acuario nos estamos refiriendo a sus condiciones y a su química. Piense que constituye el hábitat de sus peces, el lugar donde se desplazan, respiran, comen… y duermen! Al igual que nosotros no podemos vivir bajo las condiciones del planeta Marte, nuestros peces tampoco pueden hacerlo en condiciones no adecuadas.

La verdad es que le conviene adquirir algunos conocimientos de química si quiere tener éxito en su hobby. Debe tener en cuenta la temperatura, la oxigenación, el nivel de acidez (pH), el dióxido de carbono (CO2), la dureza de carbonatos (dKH) y la dureza total (dGH). ¿Le parece poco? Pues además tendrá que controlar los niveles de compuestos nitrogenados.

Sin embargo, no se asuste. Los acuarios se venden con kits de análisis muy completos y sencillos de utilizar. Aquí vamos a tratar de informarle de los parámetros generales.

El ciclo de nitrógeno: los peces producen amoníaco (NH3) a partir de su sus deshechos, lo cual es tóxico para ellos ya que no se diluyen en el agua estancada. Esto aumenta regularmente el nivel de acidez del agua. Por este motivo se utilizan filtros biológicos.

El ciclo de nitrógeno (o ciclo de nitrificación) es el proceso biológico que convierte el amoníaco en nitritos, menos tóxicos. Su tanque habrá completado el ciclo cuando el amoníaco y los nitritos se hayan transformado en nitratos. Este proceso dura entre 2 y 6 semanas y usted mismo puede hacer un test para comprobarlo. A partir del primer ciclado, tan sólo se requiere un cierto mantenimiento gracias a la labor de los filtros y los cambios de agua.

Temperatura: es fundamental el control de la temperatura, sobre todo porque determinadas especies son muy sensibles a ellas. Por ejemplo, la mayor parte de los peces tropicales necesitan entre 24 y 28 ºC.

Turbidez: es la claridad que presenta el agua en función de las sustancias disueltas en ella. Simplemente hemos de procurar que el agua no se enturbie por los deshechos realizando cambios parciales.

El Cloro: el agua del grifo sin tratar puede resultar fatal para nuestros peces y plantas. El cloro es un gas tóxico disuelto en agua y debe purificarse. Hay muchos productos comerciales que eliminan el cloro y que podemos utilizar.

Oxígeno: el oxígeno es fundamental para la vida. Si no es suficiente, plantas y peces sufrirán. Las plantas naturales también contribuyen a la oxigenación. Si los peces nadan con frecuencia cerca de la superficie es que les falta oxígeno. El oxígeno es, si cabe, más importante aún para las bacterias responsables del ciclo de nitrificación (que convierte los deshechos y purifica el agua).


Proceso de oxigenación: el oxígeno llega al agua por estar en contacto con el aire y por el proceso de fotosíntesis de las plantas, realizado durante los períodos de iluminación. La presencia de oxígeno es inversamente proporcional a la temperatura. Es decir, a mayor temperatura, menor concentración de oxígeno en el agua.

El aireador: en caso de que necesitemos una mayor oxigenación podemos utilizar un aireador, que generará una corriente de agua y facilitará el intercambio de gases en la superficie.

CO2: Sin el dióxido de carbono, (CO2) las plantas no pueden realizar la fotosíntesis. Por ello, en acuarios con un gran número de plantas, puede ser preciso recurrir a equipos comerciales para producirlo. En estos casos habrá que estrechar la vigilancia sobre el valor del pH ya que puede disminuir.

Nitrógeno: es un elemento presente en la materia orgánica. Cuando forma un compuesto con el oxígeno (NO2) a partir de los deshechos de los peces, se transforma en nitratos (NO3) por la acción de las bacterias presentes en el acuario, lo que sirve de alimento a las plantas. Solo si la concentración de Nitrógeno es muy alta y las bacterias no son suficientes para transformarlo, los peces pueden estar en peligro.

pH: es la concentración de iones de hidrógeno en el agua, que determina el nivel de acidez. El nivel de pH debe estar entre 6.5 y 7,5. Es muy importante mantener el nivel de pH estable, porque de lo contrario los peces pueden sufrir estrés. El ciclo de nitrógeno produce acidez en el agua (nitratos). Consulte en su tienda especializada el mejor método para regular el pH, pero si el pH del agua de su grifo está entre 6.5 y 7.5, considérelo aceptable.

Dureza del agua: la dureza del agua (dGH) depende de la concentración de sales cálcicas (Ca) y magnésicas (Mg). La dureza se establece así:

  • Muy blanda: de 0 a 5

  • Blanda: de 5 a 10

  • Semidura: de 10 a 20

  • Dura: de 20 a 30

  • Muy dura: más de 30

dKH: es la dureza de carbonatos. Es importante para el desarrollo de alevines.

La dureza total y la dureza de carbonatos son fundamentales para la estabilidad del pH. Un test que podemos adquirir comercialmente nos permitirá medir estos valores.

Cambios periódicos del agua

Una vez su acuario esté en marcha, y después de transcurrido el primer ciclo de nitrógeno, deberá cambiar el 25% del agua de su tanque cada una o dos semanas. Lo mejor es realizar tests periódicos de los niveles de amoníaco y de nitritos. Podemos adquirir con facilidad kits de tests para acuarios en comercios especializados. Ya hemos dicho que el amoníaco se transforma primero en nitritos y luego en nitratos por la acción de las bacterias. Pero si la concentración de nitratos fuera muy alta, podrían llegar a ser perjudicial, Para evitarlo, realizaremos estos cambios de parciales de agua. Por un lado, contribuirá a mantener bajo el nivel de nitratos y nos ayudarán prevenir la aparición de enfermedades.

Además es recomendable podar las plantas y aspirar la grava con una herramienta específica para acuarios.

Decoración del acuario

La decoración es una de las actividades más placenteras y creativas que podemos llevar a cabo en nuestro acuario. Aparte de escoger los peces y las plantas vamos a construir su entorno vital, nuestro escenario predilecto. Se trata de crear nuestro propio jardín vivo.

Las plantas, la grava y las rocas van a definir el tipo de acuario que montamos. Ya hemos visto los distintos tipos de acuarios que se suelen crear. En un acuario ‘comunitario’ podremos crear ambientes rocosos, africanos, asiáticos... Más adelante prestaremos atención a las plantas y los peces. Ahora nos centraremos en los elementos decorativos secundarios.

En primer lugar es muy importante que cualquier elemento decorativo esté hecho de un material que no libere químicos en el agua. La mayoría de plásticos, cristales y cerámica cumplen este requisito. La madera, en cambio, puede liberar sustancias en el agua que modifiquen el pH. Por otra parte, las raíces liberan ácidos húmicos que suavizan este efecto. En todo caso, si utiliza madera, debe hervirla antes para eliminar cualquier patógeno.

Reglas básicas de la decoración

  • Es mejor planificar antes que ir actuando sobre la marcha. Nos ahorrará tiempo y dinero a largo plazo.

  • No introduzcamos elementos superfluos que dificulten nuestra labor de mantenimiento ni la circulación de los peces

  • Debemos fijar bien los adornos para que no acaben flotando o desmoronándose

  • No dejaremos zonas muertas donde puedan acumularse deshechos

  • Nos ocuparemos de que la base sea lo bastante firme como para colocar posteriormente otras formas de vida

  • Intentemos no recargar la decoración. No es sólo anti estético para nosotros, también puede ser incómodo para los peces

  • Tengamos en cuenta que la incorporación de elementos decorativos (rocas, sobre todo) aumenta el peso total del acuario.

  • Debemos reservar espacio para los instrumentos como filtros o compresores.

Tipos de elementos decorativos

Adornos
Hay toda clase de adornos, algunos más fantasiosos, otros más naturales. Los podemos dividir entre activos y pasivos. Los primeros pueden tener movimiento y suelen estar vinculados a la bomba de aire, que sirve de motor. Los pasivos son cualquier objeto que pueda inspirar un ‘fondo de mar’ o de río: cerámicas, barquitos hundidos, cofres del tesoro, etc..

Rocas
Aquí podemos escoger piedras de todas las formas y colores para crear una estética singular. El uso de piedras no tiene ninguna complicación siempre que:

  • Evitemos las rocas campestres con colores vivos. Suelen tener metales pesados que se liberarían en el agua y contaminarían nuestro acuario. Evitaremos también piedras calcáreas, que pueden alterar la dureza del agua y el pH.

  • Algunas piedras adecuadas son el granito, la cuarcita, el basalto, o la pizarra.

  • Cuantos menos orificios tengan las piedras mejor, ya que resultará más difícil eliminar los detritos acumulados.

  • Evitemos las rocas con aristas que puedan dañar por roce a los peces.

  • Prepare las piedras antes de introducirlas en el tanque. Primero se lavan con agua en abundancia y se cepillan a conciencia. Luego las colocaremos procurando asegurar su futura estabilidad o corremos el riesgo de que se muevan y provoquen accidentes. Las piedras pueden fijarse unas a otras mediante silicona.

  • Vigilemos la formación de cuevas y ‘refugios’, ya que si son de difícil acceso acabarán convirtiéndose en el vertedero del acuario. Esos huecos deben ser accesibles para que los podamos limpiar.

Madera
Los trozos de madera, troncos o ramas darán un aspecto más vivo y natural al acuario. En este caso, no vale cualquier rama que hayamos encontrado en un paseo por el campo. La madera se pudre en el agua y debe ser tratada para resistir. En las tiendas especializadas venden troncos ya preparados. Sin embargo, hay que tener en cuenta que toda madera acaba influyendo en el agua, puesto que tiende a teñirla. Los cambios semanales de agua irán suprimiendo este efecto.

A pesar de que la adquiramos preparada, la madera debe recibir un tratamiento antes de ser introducida en el tanque. Para evitar el desprendimiento de los ácidos humínicos y el agua se tiña con menos rapidez, lo que haremos es cocerla durante bastante tiempo.

Evitaremos, así mismo, las ramas con punta y nos aseguraremos de que quedan bien fijadas en la posición escogida.

Cuidados y mantenimiento del acuario

Un acuario bien cuidado no requiere más que unos minutos al día y una hora extra semanal para realizar las tareas básicas:

  • Revisiones periódicas

  • Cambios y acondicionamiento del agua

  • Limpieza del acuario y poda de plantas

  • Sifonado

Iluminación

En el caso de tener plantas la luz debe estar encendida unas 10 ó 12 horas diarias. Para no tener que encender y apagar manualmente podemos instalar un temporizador. Cada seis meses conviene cambiar los tubos de iluminación por precaución.

Temperatura

Aunque contemos con un termo-calefactor, es conveniente comprobar la temperatura del agua cada uno o dos días

Revisión de filtros

Bastará una rápida comprobación que no se han atascado o dejado de funcionar.

Alimentación

Dedicaremos un apartado a este tema, pero es algo que debemos hacer con frecuencia diaria.

Cambio de agua

Como hemos explicado anteriormente, lo ideal es cambiar un 20-25% del agua cada semana para evitar el envenenamiento de los peces. Podemos utilizar un sifón para este fin. Este ritmo de cambio de agua puede variar en función de la población y del estado de los filtros. Lo ideal sería no tener que hacerlo en 10 o 15 días. El control de nitritos sirve para controlar esto.

Cuando volvamos a agregar agua nos aseguraremos de que tiene idénticas características físico químicas (temperatura, Ph, dureza...) que la del tanque, además de tratarla adecuadamente para eliminar el exceso de cloro. El mercado provee de productos que neutralizan estos elementos, aunque deberemos informarnos bien de su eficacia con el agua de nuestro grifo. Un acondicionador para el agua eliminará, además, los metales pesados.

Tests de agua
Para que las condiciones de agua no varíen produciendo efectos no deseados, conviene testar periódicamente la dureza y el nivel de pH. En el mercado se pueden adquirir sencillos kits para realizar esta labor.

Limpieza
Además del cambio de agua (limpieza de nitritos), el sifonado es la tarea más importante. Sirve para retirar la suciedad macroscópica absorbiéndola mediante una herramienta que funciona como un sifón. Cuando aspiremos la grava hay que prestar atención a las cuevas, rincones y otros "escondites", donde es bastante frecuente que se acumulen detritos.

También procederemos semanalmente a limpiar el filtro mecánico y biológico, pero siempre con agua del propio acuario, nunca del grifo.

Para evitar que el entorno creado se degrade procederemos a podar las hojas en malas condiciones.

Para limpiar el tanque de las algas que se hayan podido formar utilice un estropajo de plástico. También puede usar fibra para este propósito si teme rayar el recipiente. En el caso de algas resistentes a este procedimiento, se recomienda el uso de un rascador de mango largo que lleve incorporado una hoja de afeitar. También puede ser útil un limpiador con imán. Funcionan uniendo una pieza magnética con otra rugosa a través del cristal. Al desplazar el imán se desplaza el limpiador. Para quitar las algas de dentro de los tubos utilice un cepillo de dientes.

Todas estas tareas pueden realizarse en una o dos horas semanales. Algunas guías recomiendan desarmar el acuario una vez al año para realizar una revisión concienzuda de toda la instalación. Pero otras lo desaconsejan totalmente alegando que romperíamos el equilibrio logrado hasta el momento. Si somos serios y responsables con la limpieza y el control de los aspectos referidos, esto no debería ser necesario.

Finalmente, expongo unas pocas medidas de prevención:

  • No superpoblar el acuario. Una regla de base podría ser esta: 2,5 cm. de pez por cada 4 litros de agua. Además hemos de tener en cuenta que los peces crecerán, por lo que conviene que realicemos los cálculos sobre el tamaño de los peces adultos. Esta regla es orientativa, ya que deberemos tomar en consideración otros aspectos como la movilidad de las especies y su estilo de vida, ya que no es lo mismo una especie sociable que aquellas que requieren su territorio. También debemos tener presente que tengan espacio para nadar con facilidad.

  • No sobrealimentar los peces. Evitaremos el aumento de detritos.

  • Mantener despejados, limpios y en buen funcionamiento el filtro mecánico y biológico

 

The Rock (1996)