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Salud :: Pelo, pico y flor.

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Hidropesía en pecesSíntomas frecuentes

Podemos determinar cuándo nuestros peces tienen un problema de salud mediante la observación regular ¡para eso, además, tenemos peces! y la detección de ciertos síntomas. Para observarlos mejor podemos hacer uso de una lupa grande.
Es importante distinguir si las dolencias proceden de las condiciones de nuestro acuario o se deben a un ataque de virus, parásitos o bacterias. En el primer caso es fundamental actuar cuanto antes para corregir los desequilibrios y que no afecten a todos los peces. En el segundo, lo recomendable es aislar a los ejemplares enfermos.

Podemos analizar el estado de nuestros peces desde tres puntos de vista:

Problemas de comportamiento

Cada pez tiene sus características y costumbres, su velocidad de desplazamiento, su territorialidad y otros rasgos de carácter. Conocer sus personalidades es tener mucho ganado a la hora de apreciar cambios de conducta suscitados por una enfermedad.
Cuando sabemos cuál es el comportamiento ‘normal’ de nuestros peces es más fácil detectar anormalidades. Aislamiento de peces que normalmente nadan en cardumen, aletas caídas, apatía o lentitud, desplazamientos frecuentes a la superficie... todos ellos signos de que algo no va bien.
Algunos de los comportamientos que debemos vigilar son:

  • Apatía alimentaria

  • Aletas replegadas

  • Aislamiento

  • Natación irregular

  • Movimiento de vaivén

  • Roce contra piedras, objetos o suelo del acuario;

  • Parado en la superficie, respiración dificultosa

  • Falta de reacción cuando se intenta cogerlo.

Problemas de aspecto general

El aspecto, color y forma del pez dicen mucho de su estado óptimo de salud. Si percibimos decoloraciones, deformaciones en el cuerpo u otras anomalías debemos prepararnos para tomar medidas.
Los aspectos más frecuentes que debemos considerar son:

Color corporal
 

Aunque puede suceder que haya periodos de cambio de color transitorios, como en los periodos de cortejo o reproducción, cuando este aspecto se prolonga puede ser indicativo que algo no va bien.
Un color más claro de lo habitual en el cuerpo o en las branquias puede indicar anemia por alimentación deficiente. La decoloración también puede deberse a una luz insuficiente o a la falta de oxígeno en el agua. Por último, también podría ser el resultado de un ataque de parásitos.


Por otro lado, el oscurecimiento del cuerpo indica enfermedades más graves. Podría tratarse desde tuberculosis, hasta raquitismo o problemas intestinales. Frente a estas alteraciones duraderas tomaremos la precaución de aislar a los ejemplares afectados para evitar el contagio.

Vientre hundido o abultado
Cuando el vientre está hundido puede ser signo de desnutrición, tuberculosis o raquitismo. La piel también adquiere en estos casos un aspecto de papel de lija. El vientre abultado, por su parte, puede ser signo de un simple constipado intestinal, o bien de algo más grave como la Hidropesía o la Ascitis, que son enfermedades bacterianas. Frente a la duda, es mejor aislar a los peces, ya que son enfermedades extremadamente contagiosas y resultan difíciles de tratar. Otra posible causa de este efecto es una afección de la vejiga natatoria, que haría que el pez nadara con el vientre hacia arriba. A veces puede deberse a un exceso de alimentación seguido por un golpe de frío y es transitorio; cuando se prolonga este efecto la enfermedad del órgano es más evidente.

Afecciones localizadas o de sistemas

Algunas enfermedades afectan a determinadas partes del cuerpo, tejidos y órganos.

Deformidades en el cuerpo

 

Síntomas

Nombre de la enfermedad

Columna vertebral torcida

Tuberculosis – Avitaminosis

Mandíbulas deformadas o con movilidad defectuosa

Torneo (Truchas)

Ictiosporidiosis

Bocio

Abdomen dilatado y desproporcionado

S. H. Viral – Forma ascítica

Alimentación inadecuada

Ictiosporidiosis

Estreñimiento

Cestodos en la cavidad visceral

Septicemia Hemorrágica Bacterial (SHB) (forma ascítica)

Vientre hundido y depresión tras los opérculos.

Tuberculosis

Gusanos intestinales

Hexamitiasis

Anemia

Deformidades en las aletas

Síntomas

Nombre de la enfermedad

Aletas deformadas.

Deformación congénita, raquitismo

Aletas o tejido irradial roto, borde de la aleta irregular.

Peleas

Aletas o tejido roto pero mostrando un borde blanquecino al principio.

Infección bacteriana, Alcalosis, Infección por protozoos

Aletas recortadas o reducidas

Infección bacteriana, Alcalosis, Infección por protozoos

Aletas engordadas, borde color blanco lechoso.

Infección bacteriana, Alcalosis, Infección por protozoos

Aletas replegadas y tendencia al aislamiento

Síntoma de estrés o incubación de alguna enfermedad. Controlar las condiciones del agua.

Hemorragia en la base de las aletas.

Septicemia hemorrágica viral (SHV)

Puntos blanco-azulados en la región posterior de la aleta dorsal

“Enfermedad de los Peces de Agua Fría”

Problemas en la piel

Síntomas

Nombre de la enfermedad

Puntos blancos en aletas y cuerpo

Ichthyophtiriasis en agua dulce, Criptocarionasis en agua marina, Oodiniosis en agua marina, Columnariosis

Puntos negros subcutáneos

Enfermedad del punto negro

Manchas negras bajo la piel

Quistes de metacercaria

Placas blanquecinas sobre la piel

Viruela de las carpas

Capas algodonosas

Saprolegniasis (estado avanzado)

Formaciones algodonosas en la boca

Micosis bucal, Columnariosis

Piel turbia, aterciopelada y ligeramente azul.

Opacidad de la Piel, girodactilosis

Piel enrojecida, levantamiento de escamas y úlceras.

Septicemia Hemorrágica Bacterial

Puntos rojizos sobre la piel, picaduras de 1 mm de diámetro

Argulosis, sanguijuelas, lerneosis

Color oscurecido, pez negruzco.

Torneo de la Trucha, Necrosis pancreática infecciosa, SHV, anemia

Piel con aspecto de”papel de lija”

Ichthyosporidiosis

Manchas blanquecinas que devienen úlcera

“Peste de Agua dulce o salada”

Escamas erizadas

Ascitis

Caída de escamas, que presentan bordes en descomposición.

Tuberculosis, Podredumbre de escamas

Debajo de las escamas aparecen burbujas

Enfermedad de las burbujas

Decoloración de la piel del neón

Plistophoriasis

Picores, los peces se rascan. La piel se desprende a jirones y presenta aspecto grisáceo

Pillularosis (en agua dulce) o Oodiniosis (en agua salada)

Nódulos blancuzcos diseminados o agrupados

Linfocistis

Problemas en los ojos

Síntomas

Nombre de la enfermedad

Exoftalmia acompañada de enflaquecimiento

Tuberculosis, Septicemia Hemorrágica Bacterial, Ictiosporidiosis

Ojos hundidos

S.H.B.

Córnea opaca y abombada.

Diplotomosis, Girodactilosis, opacidad de la piel

Problemas en las branquias

Nombre de la enfermedad

Nº de enfermedad

Branquias pálidas

Infección bacteriana, Dactilogiriosis

Branquia deshilachadas y necrotizadas

Columnaris, Branquiomicosis

Branquias con enturbiamiento blanco

Opacidad en la piel, Girodactilosis

Puntos blancos sobre los tegumentos branquiales

Ergasilosis

Gusanos microscópicos entre los filamentos branquiales

Dactilogiriosis, Diplo

huellaTipos de enfermedades

Enfermedades provocadas por el medio

Si no mantenemos el equilibrio dentro del frágil medio de nuestro acuario podemos tener muchos problemas. Sobre todo si nuestro acuario va más allá de un par de peces y una planta. Cuanta mayor sea la complejidad de nuestro acuario más delicadas de mantener serán las condiciones.
La mayor parte de los peces sufren cuando el pH está por debajo de 5.5 o por encima de 9.0. Filtros sin limpiar, materia orgánica excesiva que se descompone intoxicando el agua, insuficiencia de oxígeno a causa de la densidad de peces o descomposición de materia orgánica por exceso de plantas...

Vigilar el equilibrio es una misión importante si no queremos convertir nuestro acuario en una trampa mortal.

Acidosis: Cuando el filtro se satura y la acidez del agua aumenta, los peces sufren notablemente. Nadan de forma brusca, boquean e intentan salir del acuario. Además de limpiar el filtro, se puede atajar esta acidez con una cucharada de bicarbonato por cada 100 litros de agua.

Alcalosis: Cuando el pH sube de 9 puede surgir este problema, que provoca irritación en las branquias, oscurece la piel y deshilacha las aletas. Hay que regular el pH.

Amoniaco (NH3): Es tremendamente dañino para los peces y les ataca en órganos internos y agallas. A niveles altos puede provocar la muerte. Medir los niveles de amoníaco y efectuar cambios de agua para regularlo.

Asfixia: Se detecta con facilidad cuando los peces buscan aire en la superficie de manera continuada. La falta de oxígeno en el agua se puede deber a un exceso de peces en el acuario y a un desequilibrio con el sistema de aireación. También tiene que ver con la salinidad del agua, el exceso de materia orgánica, y la putrefacción de las plantas. Hay que regular el sistema o reducir el número de peces.

Intoxicación: El cloro o la presencia de otras sustancias tóxicas como plásticos, metales, caucho, jabón, disolventes u otros productos químicos pueden provocar graves problemas a los peces. Desde la decoloración de la piel hasta la destrucción de las branquias, pasando por la natación descoordinada, espasmos o asfixia. Hay que revisar el nivel de cloro en el agua, la presencia de otras sustancias, el nivel de pH adecuado, etc... y efectuar los cambios de agua necesarios.

Cambios de temperatura: Frente a un cambio brusco de la temperatura del agua, los peces se ponen nerviosos y boquean en la superficie. Hay que vigilar cuando cambiamos el agua que esté a la temperatura de la pecera, evitar corrientes de aire o frío excesivo y revisar el calentador de la instalación.

Electricidad: Las instalaciones eléctricas en malas condiciones pueden provocar fugas que den lugar a sales metálicas no deseadas por electrólisis.

Nitritos (NO2): Surgen de la descomposición del amoniaco. También puede conducir a la muerte de los peces, aunque más lentamente. Hay que efectuar cambios de agua o ajustar los filtros.

Nitratos (NO3): Es el resultado de la descomposición de nitritos. Se soluciona igual que el apartado anterior.

Ruidos o golpes: Los sobresaltos no les van nada bien a los peces, que en el mejor de los casos les causa estrés y en el peor la muerte.

Enfermedades derivadas de la mala alimentación

Aunque la alimentación de nuestros peces no es compleja, si descuidamos el equilibrio, nos excedemos o nos quedamos cortos, podemos provocar su deterioro y trastornos en el aparato digestivo.

Estreñimiento: Una alimentación pobre y poco variada puede ser la causa de un estreñimiento que se manifiesta en el abdomen hinchado. Variar la dieta.

Exceso de comida: Los detritos que resultan de la comida no consumida aumentan el nivel de amoníaco, reducen el oxígeno disuelto y fomentan la aparición de algas, entre otras cosas. Hay que evitar la alimentación masiva, y procurar echar justo lo que se puede consumir en unos pocos minutos.

Enfermedades provocadas por virus y bacterias


Las condiciones de higiene son fundamentales para mantener a los peces a salvo del ataque de virus y bacterias.
También hay que vigilar mucho la incorporación de nuevos ejemplares –que estén sanos- y el aislamiento de los que ya estén enfermos o muertos.




Aletas podridas: Los radios de las aletas se deshilachan y puede apreciarse una línea blanquecina recorriendo éstas. Algunas bacterias de tipo aeromona y pseudomona provocan estas lesiones que necrotizan las aletas. Esforzarse en la higiene y aumentar la temperatura del acuario si es necesario.

Columnaris: Se conoce también como hongo de boca, nombre que recibió antes de identificarse la bacteria causante. No siempre se manifiesta externamente. Ataca la cabeza, agallas y aletas. Es muy peligrosa si ataca las branquias.

Hidropesia: Esta enfermedad puede ser causada por bacterias o por virus. Sus síntomas son hinchazón o hundimiento de los ojos, ano sobresaliente y enrojecido, cuerpo hinchado y escamas abiertas. Es difícil de curar.

Lymphocytis: Se extiende desde las aletas por todo el cuerpo y puede confundirse con los hongos. Tiene aspecto de protuberancias blancas y afecta sobre todo a la familia de los Anabántidos. Se recomienda el aislamiento del pez afectado y someter a observación al resto durante dos meses.

Necrosis Hematopéyica infecciosa: El virus Rhabdovirus es el causante de esta enfermedad que provoca letargia y episodios de hiperactividad. Pueden aparecer hemorragias en la base de las aletas, filamentos fecales pendientes del recto o distensión abdominal. Es frecuente en peces de agua fría como en las carpas o el pez rojo y se transmite por contacto directo.

Septisemia: El estrés, las altas temperaturas y la superpoblación de peces pueden favorecer la expansión de esta bacteria llamada Pseudomona fluorescens. Provoca lesiones sanguinolentas y blanquecinas en la piel, más algunos puntos rojos en aletas. Su rapidez impide el tratamiento.
 

Tuberculosis: Causada por la bacteria Mycobacterium piscium, la única fuente de contagio es el contacto con otros peces afectados. Los síntomas son el adelgazamiento, la palidez, caída de escamas y úlceras, deformaciones en el cuerpo y movimientos lentos. Es mejor deshacerse de los ejemplares afectados.

Viruela de la carpa: Afecta sobre todo a los ciprínidos y se manifiesta en forma de lesiones por el cuerpo y aletas con forma de placa blanca y verrugosa. Lo causa el virus Herpevirus.
 

Enfermedades provocadas por hongos

Una mala conservación del medio puede deteriorar el cuerpo de los peces, fomentar la presencia de hongos del género saprolegnia o achlya y causar numerosas heridas.

Branquiomicosis: Enfermedad más conocida como ‘podredumbre de las branquias’. Provocada por los hongos Branchiomicosis sanguinis y demigrans, que aparecen en aguas calientes –más de 20 grados-, con algas y abundante materia orgánica. Causa inapetencia, asfixia y afecta a las branquias produciendo zonas necróticas.

Ictiosporidiosis: El hongo Icchthyosporidium hoferi provoca que la piel de los peces tome un aspecto de lija, provoca descamación y úlceras. Causa mucha mortalidad.

Aprolegniasis o saprolegnia: Suele aprovecharse de las heridas y descamaciones para instalarse. Afecta principalmente a piel y branquias y se pueden apreciar excrecencias algodonosas en varios puntos de la herida. Los daños pueden dar pie a todo tipo de infecciones secundarias.

Enfermedades provocadas por parásitos


Pueden aparecer en los acuarios por culpa de una nueva incorporación infectada o a través de algunos alimentos naturales.

Son muy importantes las medidas de higiene, profilaxis y los cuidados que hay que otorgar al acuario para evitar muchas enfermedades.

No sirve de nada matar los agentes patógenos cuando estos pueden producirse por una mala filtración o un escaso mantenimiento de nuestro acuario. Igualmente, no es recomendable abusar de los medicamentos en general, ya que por ejemplo, los antibióticos debilitan a los peces y nos podemos encontrar con peces sanos que contraigan enfermedades al debilitarse.

Parásitos externos
Se trata de microorganismos unicelulares que se instalan en la superficie del cuerpo de los peces.

  • Clinostomosis: Más conocida como larva amarilla, es responsable de importantes lesiones en vísceras y musculatura del pez. La piel aparece manchada con pústulas amarillentas o grises, cerca del ojo y de la base de las aletas. El parásito se llama clinostomun marginatum y suele estar presente en los caracoles.

  • Costiasis: Se percibe la presencia de este protozoo externo por las manchas grises que se forman en el cuerpo del pez. El Ichthyobodo necatrix provoca picores que obligan al pez a rascarse contra los objetos y le congestiona las branquias.

  • Chilodonella: Se presenta en agallas y piel. Se trata igual que la Costiasis.

  • Dactilogiritis: El metazoo Dactylogyrus se instala en las branquias y produce mucosas que pueden obturar los opérculos. Los peces se frotan contra objetos del acuario, nadan sin desplazamiento y aparecen manchas de sangre sobre el cuerpo y en la base de las aletas pectorales.

  • Ictioftiriasis o Punto Blanco: Es un protozoo –el Cryptocaryon irritans- bastante frecuente que infecta la epidermis, aletas y branquias. Se alimenta de la piel y tejidos del pez hasta su madurez. Entonces se sueltan y dejan una raspadura en la piel del pez. El parásito se enquista luego en el sustrato y puede llegar a producir varios millares de individuos más. Se detecta por los pequeños puntos blancos que parecen caspa de pez. Si crece el cultivo en el animal se forman grupos amarillentos. Existe tratamiento aunque no siempre es efectivo, por lo que en ocasiones es preciso deshacerse de los peces afectados.

  • Oodinium: Enfermedad muy corriente en los acuarios marinos. Se conoce como la ‘enfermedad del terciopelo’ por la capa de color blanquecino que aparece en la piel del pez y que está formada por multitud de pequeños parásitos. Causan mucho daño en piel y branquias y pueden provocar asfixias.

  • Trichodiniasis: Es un parásito secundario, normalmente, que no se percibe a simple vista pero que provoca adelgazamiento y desplazamientos a la superficie para encontrar aire.

  • Vermes: El más común es Benedenia melleni y representa una molestia pasajera que se instala en piel y branquias, aunque es difícil de eliminar.

Parásitos internos

  • Acantoéfalos intestinales: Causa la hinchazón del abdomen en peces delgados. Lo provoca el metazoo Pomphorhynchus y Acanthocephalus, que se instala en el intestino y puede llegar a enquistarse en el hígado y otros órganos.

  • Plistophorosis: Conocida también como la enfermedad del ‘neón’, provoca desórdenes de movimiento, aislamiento y los peces no afectados no paran de nadar. A nivel de aspecto, pierden color en algunas partes de su cuerpo y en ocasiones sufren deformaciones vertebrales. No hay un tratamiento seguro para este parásito, por lo que conviene separar a los peces enfermos.

  • Hexamitosis: Un pez debilitado por el estrés, por ejemplo, puede sufrir un anormal crecimiento de las colonias de este parásito que vive en el intestino de algunas especies. Luego se extienden por todo el cuerpo y provocan adelgazamiento y oscurecimiento de la piel. Se puede mezclar el medicamento con la comida.

Plagas

En ocasiones, nuestro acuario puede verse invadido por ciertas especies, que suelen llegar con la introducción de nuevos elementos en el entorno. Aunque no son una enfermedad, los incluimos aquí por el riesgo que pueden conllevar para nuestros peces.

  • Gusanos planarios: Aparecen con más frecuencia cuando el medio se está deteriorando. Son carnívoros y se alimentan de cualquier resto de comida que encuentran, desplazándose por el fondo del acuario. Pueden causar plagas formando colonias con muchos individuos.

  • Sanguijuelas: Sería muy raro que aparecieran en un acuario pero, en cualquier caso, se fijan al cuerpo del pez y lo perforan regularmente para extraer sangre. En lo posible, es recomendable extraerlas todas manualmente.

  • Hidra: Se trata de un pólipo con tentáculos que se introduce a través de las plantas y que puede matar a los alevines que se acerquen demasiado a él. Se reproduce con rapidez. Algunos peces se alimentan de la hidra.

Problemas de estrés

Los peces también sufren de estrés y además con frecuencia. El estrés lo provocan situaciones de tensión y nervios que acaban debilitando las defensas del pez y poniéndolo a merced de enfermedades y desencadenando situaciones de riesgo que lo pueden conducir a la muerte.

Los traslados de ambiente, las condiciones de vida, la convivencia y los sobresaltos externos pueden provocar estrés.

Las causas más frecuentes son:

  • Escasez de espacio vital

  • Cambios bruscos en la temperatura del agua o inadecuada para el tipo de pez

  • Especies incompatibles conviviendo en el mismo acuario

  • Sobrepoblación o tamaño del acuario demasiado pequeño

  • Falta de refugios

  • Traslados o manipulaciones innecesarias

  • Época de reproducción

  • Suciedad y falta de higiene

Los peces muestran su estrés de diversas maneras. Algunos de los síntomas perceptibles son:

  • Natación dificultosa y desordenada

  • Aislamiento e inseguridad

  • Dificultades respiratorias

  • Deterioro corporal (color, aspecto, heridas)

huellaTratamiento y prevención

Tratamientos

Cuando detectamos un problema de salud y podemos identificarlo estamos en disposición de intentar algunos remedios antes de dar por perdido el ejemplar. Recordemos que cuando vemos un pez enfermo es fundamental separarlo del resto para que no contagie a los demás.

Muchas veces se requiere una gran experiencia para llevar a cabo un tratamiento con éxito y, en todo caso, siempre será mejor consultar con el veterinario o participar en foros de acuariofilia.
Podemos clasificar los tratamientos posibles en varios grupos:

Antibióticos
Aureomicina, Cloramfenicol, Oxitetraciclina o Terramicina son algunos de los antibióticos más utilizados para tratar úlceras, podredumbre de aletas y toda clase de enfermedades bacterianas y víricas. Con todo, cada vez son menos efectivos ya que las bacterias se han vuelto más y más resistentes a ellos.
Sulfamidas
Compuestos Orgánicos
Sustancias inorgánicas

  • Sulfato de cobre

  • Cloruro de Sodio

  • Permanganato de potasio

Anestésicos y sedantes
Benzocaína: Se disuelve 1 gramo por cada 50 litros de agua, aunque previamente debe disolverse en un poco de alcohol puro.
Accedan, diacepán, acepromecina, lembrol: Para el transporte de peces agresivos como pirañas, por ejemplo, se disuelven 10 cm3 de solución comercial por cada 100 litros de agua.

Quimioterapia
Se refiere a todos aquellos tratamientos que se sirven de la química como parasiticidas, limpiadores, etc...

  • Sal común o Cloruro Sódico: Una inmersión de unos segundos en agua salada ahuyentará a los parásitos externos de las agallas del pez. Con soluciones medias se curan hongos y velos, y las más ligeras sirven para tratar heridas. Además, la sal se utiliza para limpiar los tanques.

  • Acriflavina: Es un efectivo parasiticida y antimicrobiano.

  • Permanganato de potasio: Es una sal fácilmente soluble que ataca parásitos y bacterias.

  • Verde de malaquita y azul de metileno: Se utiliza para tratar las infecciones por hongos. Debe retirarse el carbón activo del filtro para utilizarlo.

Por otra parte, el mercado ofrece todo tipo de productos medicinales para tratar la mayoría de las enfermedades de los peces.

huellaEl acuario hospital

A medida que avancemos en el mundo de la acuariofilia es posible que nos planteemos instalar un acuario-hospital. Se trata de una instalación sencilla, a parte de la principal, que servirá para aislar y tratar a los peces enfermos. Por lo general bastarán unos 30 o 40 litros de agua. No debe contar con filtro ni grava ni ningún otro elemento a excepción de una piedra difusora.
Las razones para utilizar el acuario-hospital son:

  • La enfermedad es contagiosa y puede afectar a los peces sanos

  • Algunos medicamentos pueden ser perjudiciales para las condiciones del agua

  • Es más barato medicar un acuario pequeño que uno grande

  • Los peces sanos rechazan por lo general a los enfermos, lo cual hace muy complicada su recuperación.

  • Podemos observar mejor la evolución del pez enfermo.

  • Un promedio medio para un tratamiento es de 10 días, por lo que habrá que cambiar el agua con más frecuencia, a menos que el medicamento indique lo contrario.

huellaMás vale prevenir

Es difícil tratar a un pez enfermo, sobre todo porque necesitamos aislarlo del resto o corremos el riesgo de que el tratamiento afecte a los peces sanos.

También es complicado detectar a tiempo los síntomas de una enfermedad que pueda solucionarse. Muchas veces, sin embargo, los problemas de salud de peces y plantas provienen de un desequilibrio en los valores químicos del agua o en una deficiente nutrición.

Prevenir significa tener en cuenta el equilibrio entre los distintos factores y observar bien las condiciones en las que viven nuestras mascotas.

Vamos a repasar algunas medidas preventivas enfocadas a evitarle enfermedades a nuestros peces:

  • Controle los valores de pH, amoníaco, nitritos y la temperatura del agua.

  • Proporcione una dieta variada a sus peces

  • Efectúe los cambios de agua regularmente

  • Limpie regularmente el filtro

  • Elimine las partes muertas de las plantas, retire de inmediato un pez muerto, restos de comida y cualquier otro deshecho significativo.

  • Utilice el sifón una o dos veces al año para limpiar el fondo del acuario. Para no afectar a toda la colonia bacteriana, hágalo por partes y dando tiempo a que se repueble.

  • No introduzca nada que pueda desprender restos de químicos en el agua. Utilice objetos limpios y desinfectados.

  • Observe el acuario cada día y preste atención a los comportamientos extraños de los peces.

 

The Rock (1996)