Variedades de Peces
Peces
· Elegir los peces adecuados para su tanque
· Elección del establecimiento·
. La compra
· Transporte
· Alojamiento de los peces.
¿Qué cantidad de peces se pueden añadir?
· Alimentación y nutrición
· Cuidados básicos
Quizá esta sea la parte más importante de toda la guía. De hecho, sin peces no hay mascota. Podemos crear el paisaje de plantas más perfecto, ¿pero quién lo habitaría? Es el pez el verdadero protagonista de todo este trabajo y su inspirador. Hasta ahora le hemos preparado el hogar, el mundo en el que va a vivir. Y del cuidado que hemos puesto en cada detalle depende su bienestar.
La llegada de los peces al acuario no puede ser precipitada. Forzando un poco la comparación podríamos decir que un acuario requiere un proceso de gestación y que el momento de poner los peces en él es como el instante de dar a luz.
Queremos que su vida sea próspera y rica, que nos alegren y calmen con su presencia. No podemos darles prisa en ‘nacer’.
El agua del tanque necesita, una vez puesto en marcha, un proceso de adaptación denominado “ciclado” que dura unas dos semanas. Durante este tiempo se forman las bacterias nitrificantes que transformarán el amoníaco y los nitritos para evitar la toxicidad del agua.
Durante este periodo podemos dedicarnos a elegir a los habitantes de nuestro nuevo mundo acuático.
Elegir los peces adecuados para nuestro tanque
Desde el mismo momento en que iniciamos la construcción de nuestro acuario y fijamos las condiciones del agua estamos acotando el tipo de peces que vamos a introducir. Algunos peces son más problemáticos y delicados que otros. Para un principiante es mejor empezar con especies que se adapten fácilmente a unas condiciones estándares. Según la procedencia de estas especies las condiciones requeridas serán distintas. Los peces de los lagos Malawi y Tanganica, por ejemplo, requieren un agua dura y alcalina, mientras que los procedentes del Amazonas necesitan un medio más blando.
Por otro lado, es importante averiguar sus características de comportamiento, ya que si son peces territoriales será más difícil que convivan con otros. En general, deberíamos tener en cuenta los siguientes aspectos:
-
Procedencia del pez y tipo de agua que necesitan (dureza del agua y pH)
-
Compatibilidad con otras especies
-
Tamaño potencial una vez adultos
-
Tipo de alimentación
-
Estrato de nado (superficie, medio o fondo)
-
Comportamiento (territorialidad, si son solitarios o forman cardúmenes...)
Si vas a mezclar varias especies, asegúrate de que sean compatibles y tenga en cuenta su crecimiento. Un pequeño ejemplar puede llegar a crecer tanto que termine devorando a sus compañeros de acuario.
Ten también en cuenta que los peces tienen determinadas necesidades de espacio e intimidad, por lo que evita superpoblar su espacio vital. Procura que el acuario también cuente con suficientes espacios para esconderse (rocas, túneles, plantas, etc).
Peces para principiantes
En los comercios especializados se suele vender una serie de especies atractivas que se consideran fáciles de alimentar y cuidar.
Déjate aconsejar pero no escatimes tiempo en informarte bien por tu cuenta de las condiciones que requieren los peces que vas a adquirir.
Los peces pequeños que forman bancos (cardúmenes) son buenos ejemplares para comenzar. Lo mejor si se opta por esta solución es adquirir entre 5 y 10 ejemplares de una misma especie, ya que estos peces necesitan varios individuos para interactuar.
Ejemplos:
-
Tanichthys albonubes (Neón chino)
-
Danios
-
Rasboras
-
Barbos
-
Rainbowfish
-
Coridoras
Además de esta opción, los peces pueden clasificarse según su hábitat:
Peces de agua fría
Serían los adecuados para estanques exteriores o peceras sin filtro. Son resistentes.
-
Ryukin: De largas aletas y gran cola, es un pez muy elegante. Se puede encontrar en rojo, negro y blanco o combinado.
-
Cabeza de león o Ranchú: De cabeza prominente, cuerpo abultado y corto y sin aleta dorsal, lo encontrará en colores muy variados. Lento en el nado, se recomienda que conviva con peces similares para evitar la competitividad.
-
Oranda: Parece un cruce de los dos anteriores. Existen muchas variedades. La Oranda cuenta con el crecimiento del capuchón sólo en la cabeza; el tigerhead tiene también un gran desarrollo cefálico. Hay muchas combinaciones de color y los más llamativos son las variedades “Boina roja”, “Pom-pom” y “Sello rojo”.
-
Escama de perla: Originario de China, recibe su nombre por sus escamas inusuales, que reflejan la luz dándole aspecto de nácar. Su abdomen amplio lo asemejan a una pelota. Es difícil de mantener.
-
Telescopio: Recibe su nombre debido al aspecto de sus ojos saltones más que a su capacidad de visión. La variedad “Black Moor”, de color negro, es la más común en los comercios. También tiene un grado de dificultad alto.
-
Celestial: Por sus ojos que miran hacia el cielo, estos extraños y delicados peces reciben tal nombre. Los ejemplares de buena calidad tienen ambos ojos del mismo tamaño. Existen dos variantes: El celestial de cuerpo alargado y el de cuerpo corto. Son lentos y conviene que no conviva con peces rápidos que le puedan robar el alimento.
-
Ojos de burbuja: También procedente de China, sus ojos presentan unos sacos de líquido que los hacen delicados y susceptibles de lesiones. Tampoco es un pez para novatos.
Peces de agua caliente (tropicales)
Entre los tropicales, aptos para casi todos los acuarios, los hay más populares y menos. Pero en cualquier caso son bastante asequibles.
En el grupo de los Cíclidos encontramos variedades como los Enanos, los Cichlasoma (típico es el pez loro), los Pterophyllum o escalares, fáciles de cuidar y de gran belleza, o los discos (Symphysodon), que destacan por ser redondos y de mucho colorido.
En el de los Loricáridos, procedentes de Sudamérica y más conocidos como ‘peces gato’, encontramos desde el famoso ‘pleco’ (Hypostornus) hasta el Ancystrus.
El grupo de los Ciprínidos incluye peces de gran belleza, como los ‘cebritas’ (Brachydanio rerio o Danio cebra), de cuerpo rayado y muy resistentes. Ideales para principiantes. También el Nube blanca, el Barbo Tigre, el Rasbo Arlequín o el Labeo bicolor son especies que le gustará considerar.
Entre los Laberíntidos o anabántidos, procedentes de Asia y África, encontramos peces de colores vivos y aletas bien desarrolladas. Se llaman así debido al órgano especial (laberinto) que les ayuda a respirar cuando las condiciones son adversas. El Combatiente Siamés (Betta Splendens o Luchador de Siam) es muy resistente y tiene unas aletas espectaculares con forma de cortina. El Besador (Helostoma temminckii) es pacífico y come las algas de la pecera. También encontramos el Colisa Lalia, adecuado para acuarios comunitarios, o el Tricho Leeri o Gurami (Trichogaster leeri), muy tranquilos y pacíficos.
Otro grupo son los Cobítidos-Lonchas. El pez payaso o Botia (Botia sidthimunki) es excelente contra las plagas de caracoles y adecuado para formar cardúmenes. También el Kuhli (Pangio kuhli), rápido y fuerte; O el ventosa, que limpia el acuario con eficiencia.
De los Calíctidos destacamos las Corydoras, muy fáciles de mantener, o la Diadema de Cola rayada, especie especialmente adecuada para el acuario comunitario densamente plantado.
En el grupo de los Carácidos está el Neón (Paracheirodon axelrodi), uno de los más populares, se mueve en cardúmenes y son muy pacíficos y vistosos. El pez Hacha (Gasteropelecus sternicula) también es bueno para acuarios comunitarios; luego están los Tetra Incandescente, Limón, Diamante, Corazón Rojo...
Los Poecílidos son vivíparos muy conocidos entre los principiantes, ya que son fáciles de cuidar y reproducir. Entre sus especies encontramos los Guppys o Lebistes (Poecilia reticulata), que se reproducen con suma rapidez; los Mollys (Poecilia velifera), con variedades como el balón, albino o marmolado, son ideales para principiantes; el Platy (Xiphophorus maculatus), que se reproduce con suma facilidad y son muy pacíficos.
Existen muchas más familias de peces con sus respectivas especies. Lo mejor es visitar establecimientos de confianza y dejarse seducir por los que nos resulten más atractivos. Posteriormente averiguaremos sus características y su capacidad de convivencia con otras especies.
Elección del establecimiento
Mientras le damos tiempo al acuario para que madure –por lo menos dos semanas- podemos aprovechar para iniciar nuestra exploración en busca de los peces que queremos. Escogeremos establecimientos limpios e higiénicos, que cuenten con peceras perfectamente cuidadas y con una limitada presencia de algas. Los animales también deben estar en buenas condiciones y presentar un aspecto saludable. Es posible encontrar con algún ejemplar muerto y que no signifique un mal cuidado del profesional, pero una observación de otros detalles o una visita posterior nos dará la conclusión.
Aspectos a tener en cuenta:
-
Presencia excesiva de algas y deshechos en los acuarios.
-
Observar el estado de salud: Coloración del pez, ausencia de puntitos blancos (parásitos), respiración regular.
-
Aspecto del agua: Que no sea verdosa, amarillenta o turbia, pues indica medicación.
-
Comportamiento: Su aleta dorsal no debe estar retraída.
-
Peces muertos: Observar que no haya peces en descomposición, ni de cuerpos deshilachados. No más de 1 ó 2 peces muertos y con aspecto de ser recientes.
-
Solicite toda la información posible sobre el pez a su vendedor.
También aprovecharemos estos días para tomar nota de las necesidades de los ejemplares que nos gusten. Qué condiciones de agua, qué comportamiento territorial, qué capacidad de convivencia con otras especies...
Es mejor adquirir un pez un poco más caro que uno que sea susceptible de morir en poco tiempo por su poca resistencia.
La compra
Cuando los peces llegan a la tienda vienen cargados de estrés. El transporte les causa nerviosismo y son más susceptibles de enfermar e incluso de morir. Lo mejor es asegurarnos que los peces que vamos a adquirir ya llevan entre 24 y 48 horas en la pecera y están bien aclimatados. Es normal que algún ejemplar se muera en el establecimiento, por lo que podemos pasar por alto este hecho a menos que sean más de dos los peces muertos. Si el pez está incubando alguna enfermedad, este periodo también nos permitirá detectarlo.
Es recomendable invertir suficiente tiempo en el proceso de compra. Visitar el establecimiento varias veces, esperar a que el comerciante tenga tiempo para atendernos e informarnos bien. Cuanto más rápido queramos ir más posibilidades de que nuestra adquisición acabe mal. He aquí algunas indicaciones:
-
No vayas a la tienda en hora punta y procura que el vendedor pase el tiempo necesario contigo. Es mejor acudir cuando acaben de abrir el establecimiento.
-
No adquieras ejemplares que hayan estado en contacto con otros peces enfermos
-
No adquieras ejemplares que lleven menos de 24 horas en la tienda.
-
Examina a los peces y desestima los que presenten deficiencias de aspecto o comportamientos anormales.
-
Invierte suficiente tiempo en seleccionar los peces, incluso si tienes que acudir a varios establecimientos.
Una vez sabemos qué peces queremos, el vendedor procederá a su captura empleando un recipiente de plástico para el transporte. Procura asistir a la captura y permítete observar el ejemplar que has elegido con más detenimiento.
Si el encargado se muestra impaciente, no dudes en recordar que está en su derecho de saber lo que estás comprando.
Los peces deberían capturarse por orden de calidad y no al azar.
A continuación el vendedor te entregará el pez en una bolsa de plástico. Si el ejemplar es mayor de 7,5 cm. evita que viajen varios ejemplares en la misma bolsa. Así mismo, si los peces elegidos tienen fuertes conductas territoriales, evita a toda costa que compartan el mismo espacio estrecho. Las bolsas se llenan no más de un tercio de su capacidad para que haya suficiente oxígeno en contacto con el agua. Piensa que si debes desplazarte lejos de la tienda este parámetro es muy importante.
Las bolsas suelen llenarse con oxígeno puro para facilitar el transporte. Esto facilita el grado de oxigenación del agua, lo que garantiza que el pez pueda respirar cómodamente durante más tiempo. Sin embargo, algunos peces como los anabátidos o las coridoras respiran gases atmosféricos y sufrirían graves lesiones si el gas de la bolsa es oxígeno puro. Asegúrate de que no ocurre en tu caso. Otra alternativa son los comprimidos que liberan oxígeno gradualmente y que pueden adquirirse fácilmente.
Transporte
El transporte siempre va a estresar a nuestros peces. Una manera de reducir su nerviosismo es cubrir la bolsa de plástico, normalmente transparente, con algún material opaco. Tenga en cuenta también las condiciones de frío o de calor en las que se va a producir el traslado.
Los días muy calurosos pueden ser abrasadores para los peces, de manera que intente mantenerlos en una temperatura regular o bien trasládelos por la mañana. Evite así mismo la luz directa del sol.
Finalmente, ten en cuenta que algunas especies dotadas de dentadura o de aletas punzantes podrían ‘pinchar’ la bolsa de transporte.
Alojamiento de los peces
Antes del bautizo
Como ya hemos comentado, todo acuario requiere un período de ciclado para que se formen las bacterias nitrificantes.
Antes de incluir los peces en el nuevo ecosistema hay unas cuantas cosas que debemos repasar. Recordemos que hay una serie de procesos que tienen su tiempo y su orden en el montaje de este pequeño ecosistema. Los filtros necesitan tiempo para madurar, las plantas para enraizar, el agua para equilibrarse. Si no permitiéramos esto, simplemente estaríamos envenenando el entorno de vida de los peces. Exagerando un poco, si nos hubieran puesto a los humanos justo cuando se creó el mundo, los gases y los movimientos de tierras nos habrían matado en un pis pas.
Las razones para esperar son:
-
Filtros. Ya hemos dicho que los filtros biológicos necesitan tiempo para que colonicen en él las bacterias que eliminarán los nitratos. Necesita de 15 a 30 días para ser colonizado de forma natural, y una semana si lo forzamos con algún producto químico, de venta en tiendas especializadas. Si echamos una pizca de comida en el tanque vacío generaremos residuos orgánicos que servirán de alimentación a las bacterias.
-
Comprobación de que todo va bien. Permitimos al entorno expresar sus atributos o defectos. Nos damos tiempo a medir la dureza del agua, su aspecto, la adaptación de las especies de plantas, el funcionamiento del termostato y del filtro.
-
Las plantas necesitan un periodo de adaptación. Aprovechan para enraizarse y emprender su proceso de crecimiento con tranquilidad.
Introducción de los peces en el tanque
Si ya has observado este periodo, entonces es el momento de añadir los peces.
El momento de ‘bautizarlos’ en nuestro acuario también es delicado. No basta con abrir la bolsa y arrojarlos dentro. Esto podría facilitar la introducción de patógenos en nuestra agua o provocar choques térmicos por cambio de temperatura.
Ten en cuenta que tanto la temperatura como la dureza y el pH del acuario del comercio no será igual a la de nuestro recipiente.
Para que nuestro pez se adapte a las nuevas condiciones del agua debemos ir acostumbrándolo poco a poco. En primer lugar, introduciremos la bolsa cerrada dentro del acuario para que las temperaturas de ambas aguas se igualen. Cada quince minutos podemos añadir un poco de agua de nuestro acuario a la bolsa, de manera que también se vaya compensando el pH y la dureza.
Una hora más tarde ya sería el momento de soltar los peces. Procura extraer el pez de la bolsa con una redecilla y no mezclar el agua de la tienda con la tuya, ya que podría liberar algún agente patógeno.
En todo caso, y más si hubiera ya peces en el tanque, los nuevos deberían pasar un periodo de cuarentena en otro lugar –alrededor de una semana- con el agua en las mismas condiciones que en el primer tanque. Esto se hace para aclimatarlos progresivamente y para asegurarnos que no están enfermos y no pueden contagiar a los demás.
También han de acostumbrarse gradualmente a la luz, si la hay, de manera que comience manteniéndola apagada y con la habitación un poco oscura para ir incrementando la iluminación sin provocar sobresaltos.
En cuanto a la comida, no empieces a alimentarlos hasta pasadas 24 horas, ya que los peces estarán desorientados y es posible que desperdicien la mayor parte del nuevo alimento.
Es mejor introducir todos los peces a la vez en el tanque, de manera que tengan la ocasión de explorar, delimitar territorios y crear jerarquías. En el caso de los peces territoriales, esto adquiere especial importancia. Para introducir un nuevo ejemplar de carácter territorial en un tanque ya poblado, lo mejor es sacarlos todos. Cambiaremos la disposición de algunos elementos o añadiremos otros nuevos para dar la impresión de un ‘nuevo territorio’ y tras 24 horas pondremos de nuevo todos los peces. Un buen momento para efectuar esta operación y añadir nuevos ejemplares es cuando realicemos la limpieza anual del tanque.
¿Qué cantidad de peces se pueden añadir?
Calcularemos la cantidad de peces que pueden vivir juntos en su acuario en función del tamaño del tanque, del sistema de filtrado, de la cantidad y proporción de las plantas, así como el tipo de peces escogidos. Así, cuanto mayor sea el tanque y más completo sea el sistema de filtrado mayor será la cantidad de ejemplares que podemos añadir.
Las plantas también juegan un papel importante, y si hemos logrado que se desarrollen correctamente actuarán como complemento del filtro y el acuario soportará una mayor carga biológica, además de proporcionar buenos refugios para reducir el estrés de los peces.
Según el tipo de pez que añadamos tenderá a ocupar distintos niveles del acuario –superficie, medio y bajo-, por lo que si elegimos bien no saturaremos estos niveles. También es fundamental conocer la territorialidad de los ejemplares. Averiguar cuánto espacio vital necesitan es muy importante.
Por otro lado, saber su crecimiento potencial nos evitará la sorpresa de ver crecer desmesuradamente un pez que creíamos pequeñito cuando lo compramos. Por regla general, aplicaremos un criterio estándar que consiste en calcular un litro de agua por centímetro de pez en estado adulto.
Lo mejor es añadir los peces de manera lenta y gradual. Si añade muchos peces de golpe tenga en cuenta que los niveles de amoníaco y nitritos subirán mucho antes de que el agua del tanque se adapte a la nueva población. En este caso es oportuno medir el pH y la dureza del agua con frecuencia y realizar los ajustes necesarios mediante productos químicos.
Alimentación y nutrición
Introducción
Los peces en general resultan fáciles de alimentar. La alimentación será lo más variada posible, ya que de esta manera estimularemos sus defensas y su sistema inmunológico. Los peces asimilan la comida de forma eficiente y la convierten parcialmente en tejido vivo para su propio organismo. Necesitan, por tanto, un alto nivel de proteínas.
Aunque la materia viva pueda parecer lo más natural, en realidad es mejor alimentar a los peces de acuario con alimentos enlatados, congelados y deshidratados, ya que de lo contrario podrían acostumbrarse a comer sólo alimento vivo. Lo más recomendable es utilizar una alimentación equilibrada en conserva que les proporcione los nutrientes que necesitan y, de vez en cuando, darles comida viva.
Recuerda que aunque sencillo, alimentar a tus peces también es delicado. Si les das demasiada comida, los restos de la que no consuman se descompondrán y aumentarán los niveles de amoníaco, con lo que el agua empezará a contaminarse amenazando seriamente la vida de tus mascotas.
Una regla común y básica es no arrojar más alimento del que se pueda consumir en unos dos minutos y vigilar que no alcance el fondo de la pecera. Ten en cuenta, en todo caso, que no todos los peces ingieren al mismo ritmo ni en igual cantidad.
Vigila también el tamaño de los trozos de comida. Si no has desmenuzado bien el alimento es muy probable que queden grandes restos escondidos en el acuario y terminen pudriéndose.
Finalmente, en vez de dar una sola comida copiosa, reparte la comida para el día en varias tomas más ligeras, de manera que puedas estar seguro de que se consume el alimento.
Tipos de alimento
Alimentos manufacturados
El mercado ofrece una amplia variedad de comida para peces. Algunos sirven para cubrir sus necesidades alimentarias y otros para favorecer la cría.
Los alimentos se dividen en dos grupos. Alimentos completos, que cubren todas las necesidades de los peces y alimentos complementarios, que aportan variedad y algunos elementos beneficios en momentos especiales como la cría.
Un buen alimento contiene entre un 40% y un 50% de las proteínas necesarias, excepto aquellos preparados para los peces que se alimentan de vegetales.
Alimento completo
-
Alimento en forma de copos
Este popular alimento se elabora a partir de una mezcla que se divide en delgadas capas. Se utiliza como base de la dieta y se puede enriquecer con otros alimentos de tipo complementarios.
Los copos flotan en el agua y los peces aprenden enseguida a acceder a ellos. Si no se consumen enseguida pueden descender lentamente hasta el fondo. En el caso de sobrealimentar a los peces, los copos desechados se descompondrán y acabará aumentando la toxicidad del estanque.
Cabe optar por los copos de mejor calidad, que no causa ninguna polución si no es ingerido con rapidez. -
Alimento granulado
Compuestos a partir de insectos molidos, huevos de pescado o atún, harina de trigo, carne, algas o daphnia seca..., se adaptan tanto a la dieta carnívora como a la vegetariana.
Se utilizan sobre todo para los peces de mayor tamaño, si bien debidamente granulados también sirven para los peces pequeños.
Alimento complementarios
-
Alimentos vivos
Aunque el alimento completo preparado es suficiente para una dieta equilibrada, los alimentos vivos pueden suponer un notable extra nutricional. El alimento vivo está especialmente indicado para la cría de muchas especies y para el crecimiento sano de los alevines.
El alimento vivo puede criarse por cuenta propia o adquirirse con normalidad en los comercios especializados. Los crustáceos, las lombrices o el tubifex se cultivan en tiendas y se venden para dar de comer a los alevines hasta que alcanzan un tamaño de 2 cm.
Debemos extremar las precauciones si optamos por usar alimento vivo, ya que algunas especies como el tubiflex, pueden vivir en el acuario y proliferan con rapidez hasta invadirlo. -
Alimentos manufacturados complementarios
Tienen la misma función que el alimento vivo, pero resultan mucho más cómodos y seguros ya que evitamos las posibles invasiones y transmisiones de enfermedades que se pueden dar con este..
Cuidados básicos
El mantenimiento del acuario no es complicado, sólo requiere cierta predisposición y un poco de tiempo al día. Un buen mantenimiento alargará la vida de nuestros peces y de todos los componentes del acuario, además de embellecerlo. Algunas tareas, es necesario realizarlas periódicamente y otras cuando la situación lo exija.
Errores frecuentes
-
Cambiar toda el agua: Si los cambios de agua no son parciales, el pez puede experimentar problemas ante la brusca variación de condiciones. Además, acabará con las colonias de bacterias beneficiosas. Aunque usemos acondicionadores de agua, los niveles de pH, dureza, temperatura o presencia de oxígeno en el agua serán difíciles de equilibrar.
-
Usar medicamentos de forma preventiva: Nunca utilice medicamentos antes que sean necesarios para el tratamiento de una enfermedad.
-
Sobrepoblar el acuario: El entusiasmo puede llevar al grupo a la perdición. Si añades peces sin tener en cuenta que deben repartirse el espacio, el territorio, el oxígeno, etc...
pronto te encontrarás con graves problemas. Procura ajustarte a lo expuesto anteriormente. -
Vaciar el acuario y lavar con jabón: Jamás utilices jabón, ya que quedarán residuos tóxicos en el acuario. Tampoco vacíes nunca todo el acuario.
-
No preparar las plantas y peces nuevos: Desinfecta las plantas nuevas y asegúrate que están sanas y no transportan ningún parásito. No te olvides de poner a los peces nuevos en cuarentena y aclimatarlos poco a poco.
Rutina de mantenimiento
-
Comprobación diaria: Cada día deberíamos repasar el buen funcionamiento de los equipos. Asegurarnos que funciona el filtrado, el difusor, el calentador y la iluminación. También echaremos un vistazo a nuestros peces y plantas, para detectar posibles anomalías de comportamiento, estrés o enfermedades.
-
Cambios periódicos del agua: Ya sabemos porque es importante cambiar el agua y eliminar los detritos. Lo ideal sería cambiar un tercio del agua del tanque cada mes, aunque si de verdad queremos mantener un acuario en perfectas condiciones, cambiaremos la frecuencia a semanal. Hay que fijarse bien que el agua que añadimos sea tan parecida en condiciones químicas y temperatura a la que sustituimos. Si no es así, deberemos aplicar alguna medida correctora de pH y equilibrar la temperatura antes de cambiar el agua.
-
Filtros: Si se obturan, rompen o dejan de funcionar por algún motivo, los filtros pueden acabar con la vida de todo el acuario. En el caso de la filtración mecánica, convendrá limpiar a conciencia los elementos del filtro o reemplazarlos por otros nuevos. La filtración biológica requiere más cuidado. La colonia bacteriana que la habita debe sobrevivir a la limpieza, por lo que el procedimiento es cambiar una parte de la masa filtrante por masa nueva, aclarándola primero con agua del propio acuario. También podemos retirar manualmente los trozos grandes de deshechos. En cualquier caso, la limpieza debe realizarse con agua del acuario, nunca con agua de grifo, ya que el cloro mataría a las bacterias.
-
Limpieza del sustrato: Mediante una técnica de sifonado o aspiración pueden retirarse los detritos que quedan en las capas externas del sustrato. Si no se retiran y el filtrado no es suficiente, el nivel de amoníaco aumentará peligrosamente incrementando la toxicidad del agua. Únicamente debemos cuidar de no aplicar el sifón en zonas sensibles como raíces de plantas. Hemos de tener en cuenta que en el proceso de sifonado también podemos disminuir o eliminar las colonias de bacterias beneficiosas que pueda haber en el sustrato. Si cuenta con bacterias nitrificantes en el sustrato, realícelo en tres fases, primero un tercio del sustrato, una semana más tarde otro tercio y el último a la tercera semana. Así le dará tiempo a las bacterias para volver a poblarlo.
-
Realización de tests: Los test periódicos de pH y nitritos deben realizarse unas 24 h después del cambio de agua para asegurarnos que las condiciones son las deseadas.
-
Limpieza: Podemos realizarla con un paño húmedo por fuera y por dentro con el raspador de algas o el imán para acuarios. Procura usar guantes higiénicos o eliminar todo resto de perfume, colonia o sustancia química que pueda desprenderse de tus manos.