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Hamsters :: Pelo, pico y flor.

a close up of a hamster standing on its hind legs in front of a glass door .Hamsters

a close up of a hamster on a white background looking at the camera


 

Hámsters

 Introducción

a hamster is sitting in a glass cage with a newspaper behind it El hámster domesticado es el roedor más habitual en nuestras casas: es pequeño, dócil, tranquilo pero vivaracho, económico, fácil de mantener y no produce olores desagradables. Al ser un animal solitario se adapta muy bien a la vida en cautiverio.

El hámster salvaje vive en zonas desérticas con temperaturas extremas. Es bastante anacoreta, prefiere vivir sólo y habita madrigueras profundas con altos niveles de humedad. De hecho, la raza de hámster que se domesticó procede de Siria.

Lo ideal, como casi siempre, es conseguir un hámster joven para poder mimarlo y que se acostumbre a que lo tengamos en la mano mientras lo acariciamos. Conviene sacarlo de la jaula desde pequeño, pero siempre con cuidado, evitando que se caiga o se esconda en sitios a los cuales no podamos acceder con facilidad.

Viven de 2 a 4 años y son de costumbres preferentemente nocturnas: duermen cuando sus amos están despiertos y viceversa.

 Descripción

Los hámster son mamíferos roedores, de cuerpo robusto y rechoncho, que miden alrededor de 15 a 20 centímetros en estado adulto y pesan entre 85 y 150 gramos.
Tienen dientes afilados y en sus mofletes guardan comida para ingerirla después. El pelaje es denso y suave, y puede ser largo. El hámster se dedica dos veces al día a una cuidadosa limpieza personal, por lo que, si está sano, su pelaje es muy suave y está exento de olores desagradables.

La cola es muy corta, lo que resulta un factor favorable para que las personas un poco reacias a ellos no los vean como una rata común. Al igual que los gatos, tienen “patillas” faciales que actúan como sensores táctiles.
El hámster dorado es el que con más frecuencia se encuentra en las tiendas de mascotas. Es de color rojizo oscuro, con el vientre blanco. Sin embargo, gracias a la cría selectiva, existen ya más de 30 variedades de color.

El hámster chino es una variedad miniatura, fácil de conseguir hoy en día en las tiendas de mascotas.

 Costumbres

Como la propia palabra indica, los roedor necesitan “roer”, mordisquear a menudo objetos duros con la finalidad de limar sus dientes incisivos, que nunca dejan de crecer. Por ello, el pan debe ser muy duro, y aunque las galletas y bolas de calcio para hámsters ayudan bastante, es necesario añadir también trozos de madera para que los puedan roer constantemente, evitando así que sus dientes crezcan demasiado. Existen maderas comercialmente disponibles especiales para hámsters, en formas de frutas, palitos o zanahorias.

Necesitan y les encanta el ejercicio, por lo que es muy positivo ponerles una rueda de ejercicio en su jaula, en la que pueden recorrer más de 15kilómetros en una noche. Duran más las ruedas de metal que las de plástico, y si están sujetas a la jaula, mejor, para evitar accidentes.

Para coger un hámster hay que sujetarlo con las dos manos, vigilando que no se caiga, pero sin apretar, porque le haríamos daño. Entonces se le puede acariciar. En ocasiones reconoce la voz y la llamada de su propietario. Si son huidizos y están intentando siempre escapar, hay que sujetarlos por el cuello.

De hábitos más bien crepusculares y nocturnos, es frecuente verlos durmiendo gran parte del día y comenzar una actividad frenética durante el atardecer y la noche. Aunque no hay que molestarles despertándoles bruscamente cuando duermen, sí es conveniente despertarles poco a poco para que los niños, a la salida del colegio y mientras hacen los deberes, puedan verles y jugar con ellos.

 Alojamiento

Salvo en habitáculos muy grandes, viven mejor solos. En estado natural son animales solitarios, condición que se mantiene en cautiverio ya que tienden a pelear y morderse, especialmente al juntar un macho con una hembra fuera del período reproductivo.

 

a hamster is sitting in a cage with a pink wheel .La hembra querrá su propio territorio y puede atacar al macho. Se recomienda juntar macho y hembra exclusivamente con fines reproductivos y durante los días de celo de la hembra. Aunque individuos del mismo sexo se pueden mantener juntos, deben ser separados al primer indicio de mordeduras.

Si nos disponemos a criar, nos aseguraremos que la jaula sea lo suficientemente espaciosa, ya que la falta de espacio puede llevar a la madre a matar y posteriormente a devorar, a toda o parte de la camada.

Se trata de animales limpios y ordenados, que en estado natural excavan madrigueras distribuidas en espacios dotados de funciones específicas (almacén, nido, cuarto de baño, etc.). Un hámster puede habituarse sin problemas a vivir toda su vida en una jaula, mientras sea amplia, limpia, cómoda y pueda organizarse a su gusto el espacio disponible. Los hámsters tienden a ensuciar sólo la zona del retrete, manteniendo la cama y la despensa limpias.

Tienden a roer y escaparse, por lo que la jaula debe ser a prueba de hámster: de fibra de vidrio, plástico fuerte o metal galvanizado, pero no de aluminio, zinc o madera. Como sus dientes crecen en forma continua es bueno proveer trozos de madera para que los desgasten.

La jaula debe tener buena ventilación, debe estar a la sombra (no toleran el sol) y es ideal que sea alta para que puedan trepar. Ha de tener un plato pesado para la comida y una botella de agua.

La jaula se debe limpiar cada dos o tres días, y desinfectar una vez a la semana, ya que tienden a juntar alimento detrás del nido, que puede descomponerse. Orinan bastante, por lo que se hace necesario disponer de una jaula con abundante viruta de madera blanda, aserrín, tiras de papel (no de periódico, por la tinta), heno o paja en la base para que absorba la suciedad y los excrementos y de paso dé algo de calor.

En la actualidad se fabrican muchos accesorios para la jaula, todos ellos aceptados de buen grado por estos juguetones animalitos: rampas, escaleras, juegos, casetas para dormir, mantas especiales, esferas transparentes para pasearse por la casa sin peligro de que se pierdan, galerías-laberintos de tubos, escondites....

 Alimentación

"Hámster" viene del verbo alemán “hámstern”, que significa “acaparar”, lo cual se refiere a la costumbre que tienen estos roedores de guardar los alimentos en unos sacos bucales llamados abazones y de juntar provisiones en sus madrigueras.

Hay que alimentarlos una vez al día, por la noche, ya que de día duermen. Generalmente esconden la comida y la van consumiendo a distintas horas del día en privado. Los Hámster utilizan sus patas delanteras para comer y son omnívoros, comen de todo, incluso lombrices e insectos.

Para mantenerlos sanos, hemos de ofrecerles una dieta rica, equilibrada y sobre todo muy variada, basada en los preparados comerciales de semillas secas, en forma de croqueta, que les proporcionan vitaminas y minerales.
Otra ventaja de la comida seca es que el hámster tiene como costumbre almacenar el alimento por varios días, lo cual provoca humedad en la casa y puede causar enfermedades si no se retiran los restos de comida fresca antes de que se descompongan.

A la base de comida seca hemos de añadir cereales, verduras (bien lavadas) y frutas (evitar fruta ácida como los cítricos), zanahorias, trébol, diente de león, lechuga, pan seco y trocitos de carne (sin grasa).
Las semillas, como la maravilla, girasol, maíz, nueces y almendras son muy bien aceptadas, pero cuando constituyen una dieta única predisponen a enfermedades, ya que tienen mucha grasa y pocos nutrientes y deben se dadas como premio, no como comida.

Además, es recomendable colocar también en su jaula preparados en forma de ruedas de sal para hámsters, heno y alfalfa. Hoy en día se encuentran con facilidad, golosinas específicas para ellos, que aportan variedad a la alimentación y complementan su dieta.
El bebedero ideal para hámsters es una botella que se cuelga verticalmente hacia abajo desde el exterior de la jaula: es importante que los animales (que podrían romperlo) accedan sólo al tubo metálico del que chupan el agua. Siempre ha de tener agua a su disposición.

 Enfermedades

Los Hámsters son animales muy resistentes, pero también enferman. Estas son las enfermedades más comunes:

  • Una alimentación poco equilibrada genera deficiencias nutricionales. Pueden llegar a ser peligroso el exceso de carbohidratos, la carencia de proteínas, la falta de ciertos minerales (calcio, fósforo, sodio, potasio, magnesio, hierro y yodo) y la avitaminosis (sobre todo de los grupos A, B, C y E).

  • Trastornos digestivos: Pueden aparecer con cierta facilidad si las jaulas de los animales están muy sucias, tienen resto de comida o están húmedas. Otras veces puede ocurrir que con nuestra mejor intención le ofrezcamos un alimento nuevo al animal y éste coma demasiado y se empache: las verduras tienden a fermentar y producir gases, e incluso, digestiones difíciles si las consumimos en gran cantidad. El problema se evita ofreciéndoles una elevada variedad de alimentos, pero en pequeñas cantidades. Si desgraciadamente tenemos al animal con el abdomen hinchado, dolorido e incluso con diarrea, el veterinario deberá ponerle en tratamiento y probablemente nos recetará también un par de días de dieta exclusiva de heno.

  • Gastroenteritis infecciosas: hay de varios tipos, tal vez las peores sean el “Síndrome de la Cola húmeda” y la “Enfermedad de Tyzzer”, ambas diarreas persistentes y debilitantes. La causa puede estar en sus hábitos alimentarios y sus condiciones de vida. También son relativamente frecuentes la Salmonellosis, Colibacilosis, etc. Algunas de estas infecciones pueden ser de muy difícil curación a pesar del tratamiento.

  • Parálisis de la jaula: Patas débiles debido a falta de espacio y ejercicio. Precisa de una jaula mayor, una rueda de ejercicio, y sacarlo de vez en cuando de la jaula.

  • Enfermedades de piel: Es frecuente ver a estos animales con heridas, incluso infectadas, en caso de peleas de animales y/o de suciedad del entorno. Deben limpiarse y desinfectarse con cuidado, y si detectamos una infección, depilaciones extrañas, coloraciones o descamaciones desconocidas, acudir al veterinario.

  • También los parásitos, ya sean internos o externos (hongos o ácaros) pueden afectar a los roedores.

  • Pueden tener Catarros por pasar frío, por baños inadecuados, por corrientes, etc... Mostrarán como en cualquier otra especie una mezcla de toses, estornudos, mocos, incluso neumonía... Las personas también pueden contagiarles algunas bacterias de la garganta, de manera que lo más conveniente si estamos acatarrados es tener mucho cuidado de no acercarnos demasiado a los roedores porque podemos trasmitirles nuestra enfermedad

  • Accidentes: Lo más habitual son las caídas desde manos o muebles y las mordeduras de cables eléctricos, entre otros muchos. Aunque es muy divertido jugar con ellos fuera de la jaula, nunca hay que dejarlos sueltos en el suelo si hay muebles bajos o entre aquellos aparadores tras los que se puedan esconder. Podríamos estar días sin localizarlos y en ese tiempo puede pasar de todo.

 Reproducción y cría

a close up of a hamster sitting on a white object La madurez sexual de las hembras se produce entre la 4ª y la 8ª semana de vida. Tienen ciclos sexuales a lo largo de todo el año, celo cada 4 ó 5 días y tras el coito, la gestación es muy corta: dura 15-18 días.

Son de reproducción espectacular, ya que pueden llegar a tener de 4 a 12 crías por vez, resultando muy apropiados para que los niños disfruten y aprendan el apareamiento, gestación, parto y lactancia de muchos pequeños cachorros.

Cuando la madre esté próxima al parto realizaremos una última limpieza de la jaula, esparciendo una buena capa de “sepiolita” (piedras absorbentes para gatos) y encima de ésta, otra cantidad generosa de viruta de madera. Si la madre se encuentra en malas condiciones higiénicas, falta de comida variada o agua, es frecuente que sacrifique (y llegue a comerse) a las crías.
Las crías nacen ciegas (no abren los ojos completamente hasta pasados doce días) y sin pelo (que les empieza a crecer tras la primera semana), pero con los dientes ya formados.

Se recomienda no tocar a los recién nacidos por si la madre les nota un olor extraño y los abandona, o incluso se los come. La hembra debe quedarse sola, sin el macho, que frecuentemente ataca a los recién nacidos.
Por tanto, hay que olvidarse de los pequeños, de momento sólo podemos verlos pero nada más.

Tras el parto, tendremos que aguantar sin limpiar la jaula hasta que las crías salgan del nido completas de pelo, caminando por sí solas e incluso comiendo alguna semilla, además de la leche materna. En todo caso, no hay que limpiar la jaula en ningún caso hasta que hayan transcurrido diez días después del parto.
Se ha de mantener la jaula alejada de las corrientes de aire, los ruidos y el frío. Los animales muertos siempre han de ser sacados inmediatamente.

El destete se completa unos 21 días después del nacimiento, y al cabo de unos pocos días mas, los activos e inquietos jóvenes tienen que ser separados de su madre, para que no se reproduzcan.

 

The Rock (1996)