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Jerbos :: Pelo, pico y flor.

Jerbos

jerboa (Dipodidae) jerboa on sand


 

Jerbos

 Introducción

"Allactaga tetradactyla" Son animales fascinantes tanto para los adultos como para los niños, debido a su amistosidad, curiosidad, expresiones inteligentes y movimientos rápidos, como de ardilla. Siempre está en movimiento.
Las especies que suelen encontrarse en las tiendas son las de Mongolia o Libia. Son roedores pequeños muy bien adaptados a la vida árida del desierto, de donde son originarios.
Debido a ello aprovechan muy bien el agua, aunque ésta escasee, orinan poco y tienen heces muy secas y duras.

La vida media de un jerbo es un poco más larga que la de los hamsters, de 2 a 5 años.

 Descripción

Es de tamaño similar al hámster, aunque la forma es diferente, sobre todo porque dispone de una cola bastante larga y peluda, con un mechón de pelos en la punta.

Las patas traseras son más largas que las delanteras, con lo que frecuentemente adopta posturas similares a la de estar sentado. Su paso recuerda vagamente a un canguro en miniatura. Le gusta saltar y correr.

Suelen ser de color pardo, aunque también los podemos encontrar en blanco, marfil, canela, negro... Pueden ser uniformes o con manchas blancas.

Están bien adaptados para defenderse de los predadores: tienen el oído muy fino para oír el batir de las aves, sus ojos prominentes les proporcionan un amplio campo de visión, ven muy bien por la noche y su color es ideal para el camuflaje.

 Costumbres

Son animales muy activos y juguetones, tanto de día como en la noche, aunque tienen una cierta preferencia por la noche, que es cuando salen de sus madrigueras. Son buenos saltadores, pero hay que vigilar si están encima de una mesa, porque podrían hacerse daño.

Son fáciles de domesticar. No hay que agarrarlos nunca de la cola, sino sostenerlos con la palma de la mano y sujetar la base de la cola entre el índice y el pulgar de la otra mano para que no salte y se haga daño. Pueden golpear con la cola si son cogidos incorrectamente, pero rara vez muerden.

JerboaSon sociales y viven bien en grupos, aunque un grupo ya establecido suele atacar a un nuevo miembro. Es recomendable que vivan en pareja, ya que suelen acicalarse mutuamente, hacerse mimos, o dormir el uno junto al otro.

Es muy divertido para los jerbos y para el dueño dejarlos sueltos de vez en cuando, siempre que no haya ningún peligro o agujeros por los que puedan escaparse. Su gran curiosidad puede más que ellos y una y otra vez salen, miran, exploran, saltan, corren, se ponen sobre los pies de su dueño ... Sobre todo, cuidado con no pisarlos !!

Les gustan los platos llenos de arena fina y limpia en donde se pueden dar“baños de tierra”.
Hay toda clase de juguetes para ellos: campanillas, espejos, pelotas... No les convienen las ruedas de molino porque se pueden lastimar la cola.

 Alojamiento

Lo ideal es una jaula de plástico fuerte o de acero y alambre. Ha de ser a prueba de escapes ya que los jerbos pueden roer o saltar la jaula

Son animales muy activos y juguetones, tanto de día como en la noche, suelen correr de un lado a otro, a gran velocidad, por lo que su jaula debe ser muy espaciosa, de fondo liso, y no de rejilla, (pues pueden lastimarse la cola y las patas). Es bueno ponerles tubos de cartón o madera para que puedan esconderse.

Se adaptan bien a la cautividad mantenidos en un hábitat similar al de su entorno natural. Les gusta darse baños de tierra por lo que es recomendable que, si se dispone de espacio, su alojamiento tenga de cinco a diez centímetros de tierra en su fondo. Les gusta cavar y hacer madrigueras, para dormir.

Lo ideal sería un 70% de tierra común y un 30% de otro material: musgo de turba, tierra de macetas o virutas de madera blanda. La "viruta" también llega a formarse sola con la parte exterior de las semillas de girasol, que es uno de sus alimentos preferidos.

Los juguetes de su jaula, deben estar pensados para su gran capacidad para roer, ayudándole al desgaste de los dientes y no suponiendo ningún riesgo para él.
La zona de la cama se puede cubrir con heno, fibra de madera o tiras de papel (no periódico, porque la tinta puede ser tóxica).

Su jaula no exige la misma frecuencia de limpieza que la de un hámster, ya que apenas orinan, pero aún así no debemos descuidar su higiene.

 Alimentación

Necesitan un alto contenido en proteínas. La mayoría son herbívoros, aunque comen casi cualquier cosa que encuentran.

La base de la dieta, debe ser una mezcla de semillas para pequeños roedores de buena calidad, enriquecida con frutas.

Pueden comer verduras secas, hortalizas lavadas y secas (zanahorias, pepinos), plantas silvestres lavadas y secas (dientes de león, trébol), frutas (melón, ciruelas, manzanas), granos (avena,trigo, maíz, mijo, cereales de desayuno sin azúcar), semillas (pipas de girasol), frutos secos (cacahuetes), huevo seco, legumbres...

También pueden comer pan y hasta algunos granitos de la comida equilibrada de perros y gatos, pues les aporta vitaminas y les encanta roer.

Su sistema digestivo extrae agua de los alimentos con gran eficacia, por lo que sus excrementos son muy secos. Aún así, es recomendable que disponga de un bebedero de botella con agua limpia.

No conviene darles perejil, apio, cebollas, ajos ni cítricos. Las pipas de girasol son muy ricas en grasa y pobres en calcio, por lo que han de comerlas con moderación.

 Enfermedades

Son muy similares a las del hámster. Muchas de ellas se pueden evitar manteniendo unas buenas condiciones alimenticias, así como higiénico-sanitarias. Su alimentación ha de ser variada, procurando utilizar siempre alimentos en buen estado.

Los jerbos no deben comer demasiadas frutas y verduras frescas, ya que provienen de zonas casi desérticas, y sus organismos están acostumbrados a la escasez de agua y la sequedad de los alimentos

A veces hay que recortarles los incisivos delanteros si crecen excesivamente. También debemos vigilar sus uñas, ya que en cautividad difícilmente podrán darle el fuerte desgaste que tienen en estado salvaje, debido a su afición a cavar.

La enfermedad más grave de los jerbos es la de Tyzzer, acompañada muchas veces por diarrea, abatimiento, falta de apetito y pérdida de peso, una enfermedad mortal en el 70% de los casos.

 Reproducción y crías

La mayor actividad sexual se produce en verano. Los jerbos salvajes se cruzan por un sistema curioso: la hembra en celo abandona la madriguera de su grupo y visitan otra madriguera, de la cual regresan gestante.
Los machos sólo tienen que esperar a ser los afortunados huéspedes de tan esperada visita. Obviamente, esta pauta se ve alterada en cautividad.

Cuando la hembra está gestante, es mejor eliminar de su dieta lo que engorde (pipas de girasol) y aumentar sus proteínas (leche en polvo...).
Las crías nacen tras una gestación de unos 25-28 días. Contrariamente a los hámsters, a menudo podremos mantener la familia unida, ya que normalmente pueden convivir en la misma jaula que sus progenitores sin que suelan darse problemas.

Pueden llegar a tener ocho crías, que cuidarán ambos progenitores. No es raro que la pareja tenga una nueva camada cuando aún esté cuidando la anterior.

Las crías nacen sin pelo y tardan unos 20 días en abrir sus ojitos. Si quieres tocarlos antes de que cumplan el mes, hay que tener cuidado, porque saltarán de tu mano como un resorte, y si caen al suelo, difícilmente sobrevivan.
Los bebés crecen a velocidad asombrosa. Tras 8 semanas, hay que separar a machos y hembras, para que no sigan reproduciénd

 

The Rock (1996)