ANIMALES MARINOS
Mamíferos marinos
Manatí de las Indias Occidentales (Trichechus manatus), un miembro del orden Sirenia.
Ballena jorobada (Megaptera novaeangliae), un miembro del orden Cetacea.
Foca leopardo (Hydrurga leptonyx), un miembro de la superfamilia Pinnipedia del orden Carnivora.
Nutria marina (Enhydra lutris), un miembro de la familia Mustelidae.
Los mamíferos marinos son un grupo variado de aproximadamente 120 especies de mamíferos que se han adaptado a la vida en el mar o dependen de él para su alimentación. El término mamífero marino no designa a un conjunto taxonómico preciso. En este grupo se incluyen los cetáceos (ballenas, delfines y marsopas), los sirenios (manatíes y dugongos), los pinnipedos (focas verdaderas, otarios y morsas) y algunas nutrias (la nutria marina y el gato de mar). El oso polar, aunque no es un animal acuático, también se suele agrupar con los mamíferos marinos debido a que vive en los hielos marinos durante todo o la mayor parte del año y a su alto grado de adaptación a la vida en el mar.
Los mamíferos marinos evolucionaron a partir de sus antecesores terrestres y adquirieron distintos rasgos para adaptarse a la vida en el mar, como un tamaño generalmente mayor, forma corporal hidrodinámica, modificaron apéndices y experimentaron adaptaciones termoregulatorias. Las diferentes especies, sin embargo, se adaptaron a la vida marítima en distintos grados. Los más adaptados son los cetáceos y los sirenios, cuyo ciclo de vida discurre totalmente en el agua, mientras que los demás grupos pasan al menos algún tiempo en tierra.
A pesar de que los mamíferos marinos son una megafauna carismática y que cuenta con el apoyo de grupos ecologistas, muchas poblaciones son vulnerables o están en peligro de extinción debido a una larga historia de explotación comercial para obtener grasa, aceite, carne, marfil y piel. La mayor parte de las especies de mamíferos marinos se encuentran protegidas frente a la explotación comercial.
Grupos
Existen aproximadamente 120 especies de mamíferos marítimos, subdivididas generalmente en cinco grupos. Cada grupo desciende de un antepasado terrestre diferente. Las semejanzas morfológicas entre estos grupos diversos son resultado de la evolución convergente y paralela. Así, aunque los balénidos y los pinnípedos tengan algunas semejanzas en la forma, las ballenas están más estrechamente relacionadas con los ciervos que con las focas.
Los grupos en que se subdividen generalmente son:
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Orden Sirenia: sirenios; pertenecientes al superorden de los afroterios, grupo que incluye a los elefantes y a los damanes.
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Familia Trichechidae: manatíes (3 especies)
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Familia Dugongidae: dugongo (1 especie)
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Orden Cetacea: cetáceos; pertenecientes a los cetartiodáctilos, grupo que incluye hipopótamos, ciervos y cerdos.
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Suborden Mysticeti: ballenas y rorcuales barbados (15 especies)
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Suborden Odontoceti: cetáceos dentados (unas 73 especies)
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Orden Carnivora,
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Superfamilia Pinnipedia: pinnípedos; pertenecientes a los caniformes, descendientes de un antepasado similar a los osos.
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Familia Phocidae: focas (unas 20 especies)
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Familia Otariidae: otarios (unas 16 especies)
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Familia Odobenidae: morsa (1 especie)
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Familia Mustelidae: mustélidos; pertenecientes a los caniformes y relacionados con otras nutrias y comadrejas.
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Nutria marina (Enhydra lutris)
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Gato de mar (Lontra felina)
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Familia Ursidae
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Se cree que los sirenios y los cetáceos descienden de un antepasado ungulado, mientras que los pinnípedos, las nutrias y el oso polar proceden de un antepasado caniforme. Las similitudes morfológicas entre estos grupos diversos son resultado de evoluciones convergentes y paralelas.
Varios grupos de mamíferos marinos del pasado ya no existen en la actualidad. Además de los antepasados de las actuales ballenas o las focas, existieron los Desmostylia, antecesores de los manatíes o los Kolponomos, una especie de osos marinos que comían almejas no relacionados con el oso polar moderno.
Adaptaciones
Para desarrollar su vida en el mar, los mamíferos marinos han desarrollado importantes adaptaciones que les asemejan a otros animales marinos. Sin embargo existen grandes diferencias:
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Los mamíferos marinos respiran aire, mientras que la mayor parte de los demás animales marinos extraen el oxígeno del agua.
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Los mamíferos marinos tienen pelo. Los cetáceos tienen poco o ningún pelo, por lo general muy pocas cerdas retenidas alrededor de la cabeza o boca. Todos los miembros del orden Carnivora tienen un abrigo de piel o pelo, pero es mucho más grueso y más importante para la termorregulación en las nutrias marinas y osos polares que en los pinnípedos. No cuentan con gruesas capas de pelo porque disminuiría su capacidad natatoria y la velocidad de desplazamiento en el agua.
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Los mamíferos marinos tienen una gruesa capa de grasa para aislar sus cuerpos y prevenir la pérdida de calor. Las nutrias de mar y los osos polares son excepciones y confían más en su piel y comportamiento para prevenir la hipotermia.
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Los mamíferos marinos se alimentan de leche en su infancia. El cuidado materno es muy importante para la supervivencia de la descendencia, que tiene que desarrollar una gruesa capa de aislamiento de grasa. La leche de las glándulas mamarias de los mamíferos marinos a menudo supera el 40-50% de contenido de materia grasa para apoyar el desarrollo de la grasa corporal en las crías.
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Los mamíferos marinos mantienen una temperatura corporal interna alta. A diferencia de la mayor parte del resto de animales oceánicos, los mamíferos marinos mantienen una temperatura interna mucho mayor que la temperatura ambiente. La grasa, la gruesa capa de piel, las burbujas de aire entre piel y agua, son adaptaciones que ayudan a estos animales en la retención del calor corporal.
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Dado que los mamíferos en su origen se desarrollaron en tierra, su espina dorsal está optimizada para andar, por lo que se mueve con holgura de arriba abajo pero tiene menor movilidad lateral. Por ello, los mamíferos marinos por lo general nadan moviendo su espina dorsal de arriba abajo. Por el contrario, los peces normalmente nadan moviendo su espina lateralmente. Por esta razón, los peces tienen habitualmente su aleta caudal vertical, mientras que los mamíferos marinos la tienen horizontal.
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Los mamíferos marinos que viven exclusivamente en el mar (como los cetáceos) tuvieron que experimentar importantes adaptaciones en sus hábitos de sueño para poder dormir sin ahogarse. De estudios realizados con delfines mulares en acuarios y zoos y también con ballenas y delfines en libertad, se desprende que desarrollaron dos métodos de sueño: o bien permanecen estáticos a dos aguas (vertical u horizontalmente) o bien nadan mientras duermen en un estado similar a la siesta.
Investigación
Considerables investigaciones se han dirigido a estudiar las enfermedades que afectan a los mamíferos marinos en el ambiente acuático. Estos trabajos se han dirigido a estudiar la leptospirosis, herpesvirus, enfermedades neurológicas, toxicología, y otras patologías que afectan a los mamíferos marinos. Algunas organizaciones de investigación se han desarrollado, como el Centro Mamífero Marítimo (Marine Mammal Center), para dedicarse en exclusiva a la rehabilitación y funciones de investigación de los mamíferos marinos.
AVES MARINAS
Aves marinas
Albatros (familia Diomedeidae) planeando sobre el océano.
Aves marinas en las orillas del mar.
Las aves marinas son aves que se encuentran durante la mayor parte de su vida en el mar o en sus proximidades, exceptuando quizás la época de reproducción, en la cual se sitúan en la costa. Las aves marinas muestran una gran variedad de comportamientos y adaptaciones ecológicas y fisiológicas, si bien en muchos casos muestran características convergentes dada la similitud de los nichos ocupados.
Las primeras aves del mar aparecieron en el Cretácico y familias de aves modernas emergieron en el Paleógeno.
Las aves marinas suelen ser longevas. La mayoría de las especies crían en colonias, que puede variar en tamaño de unas docenas de aves a muchos millones. Son famosos por tener migraciones anuales a gran distancia, cruzando el ecuador terrestre o navegando alrededor toda la Tierra en algunos casos. Se alimentan en la superficie o en el fondo del océano, e incluso en ambos. Puedan ser pelágicas, costeras y en algunos casos pasar una gran parte del año totalmente alejados del mar.
Existe una larga historia de relación entre los seres humanos y las aves marinas: han proporcionado comida a los cazadores, dirigido a los pescadores a sus presas y conducido a los marineros a tierra. Actualmente muchas especies se encuentran amenazadas por la actividad humana y se han iniciado planes orientados a su conservación.
Clasificación
La denominación «ave marina» no tiene ningún valor taxonómico, es solo una agrupación de cierto modo artificial que no es usada por los científicos en la clasificación. Se puede considerar que se trata de un sistema de clasificación taxonómica popular puesto que agrupa a diversos grupos taxonómicos pero excluye a algunas especies de los mismos.
Como carácter común, la mayor parte de las especies se alimentan en el mar, pero existen excepciones. En general, de modo convencional todos los pingüinos y Procellariiformes, todos los Pelecaniformes con excepción de las anhingas, y algunos caradriformes (los págalos, las gaviotas, los charranes, los álcidos y los picotijeras) se clasifican como aves marinas. Los falaropos también se incluyen usualmente, ya que, aunque se trata de aves limícolas, dos de sus tres especies son oceánicas durante nueve meses del año, atravesando el ecuador para alimentarse pelágicamente.
Los colimbos y somormujos, que se reproducen en los lagos pero pasan el invierno en el mar, se incluyen generalmente como aves acuáticas, no como aves marinas. Aunque hay un cierto número de merginos (familia Anatidae) que son realmente marinas en invierno, por convención se suelen excluir del grupo aves marinas. Muchas limícolas y garzas son también fundamentalmente marinas, ya que viven en el borde del mar, pero tampoco se incluyen entre las aves marinas.
Evolución y registro fósil
Las aves marinas, al vivir en un ambiente geológico sedimentario (es decir, en el mar, donde los sedimentos se posan fácilmente), están bien representadas en registro fósil. Los primeros ejemplares conocidos datan de época del Cretácico, y los ejemplares más tempranos son del orden de los hesperornites, como Hesperornis regalis, un ave marina que no volaba pero que se zambullía de manera similar a los somormujos o los colimbos (usaba sus patas para moverse bajo el agua), pero tenía un pico lleno de agudos dientes.
Mientras que Hesperornis no se cree que haya dejado descendientes, las aves marinas más modernas también datan del Cretácico, como Tytthostonyx glauconiticus, que parece asociada a las Procellariiformes o Pelecaniformes.